Santa Bárbara fue una mártir cristiana del siglo III que sufrió un martirio cruel a manos de su padre por haberse convertido al cristianismo en secreto. Su padre la encerró en una torre para protegerla de las influencias externas, pero ella se convirtió en secreto. Cuando su padre se enteró, la torturó y decapitó, pero un rayo cayó sobre él como castigo divino.