Las corridas de toros torturan y matan cruelmente a los toros. Los picadores usan varas metálicas para desgarrar los músculos de la espalda del toro, y luego el torero intenta matar al toro débil y sangrando con una espada de 80 cm, a menudo causando una muerte lenta y dolorosa. Aunque muchos se oponen a esta práctica cruel, los políticos aún intentan catalogar las corridas de toros como patrimonio cultural.