La autora recuerda su primer día de escuela tomada de la mano de su mamá, donde conoció a amigas maravillosas con quienes compartió momentos inolvidables. Ahora, a solo 10 meses de graduarse, se preparan para emprender nuevos caminos y enfrentar los retos de la vida. Agradece a sus profesores y a Dios y su familia por apoyarla y enseñarle virtudes que la llevaron a querer seguir aprendiendo.