El documento explora la pregunta de cuál es el sentido de la vida. Sugiere que a menudo buscamos el sentido en cosas como el dinero, el poder o las relaciones, pero que esto no llena el vacío interior. El verdadero sentido se revela en momentos de gran emoción o peligro. Propone un ejercicio de imaginarse en el propio funeral para reflexionar sobre qué nos gustaría que nos recordaran y qué hubiéramos querido lograr o experimentar. El autor encontró que lo que más valoró fue el amor y los momentos compartidos con seres queridos,