Madre Teresa reflexiona sobre la falta de amor en el mundo moderno y cómo esto causa sufrimiento. Ella ve a Dios en cada persona, especialmente en los más necesitados como los leprosos. Según ella, la enfermedad más grande hoy en día es sentirse no reconocido, y hay más hambre por amor y aprecio que por pan. También expresa no comprender la guerra y la violencia, ya que todos somos hijos de Dios. Finalmente, enfatiza la necesidad de seguir transmitiendo el mensaje de amor.