Si algo se ha visto fortalecido después de estos casi 10 años de poscrisis financiera ha sido el empoderamiento de las ideas. En la época de la abundancia, el I+D+i estaba contemplado como un instrumento financiero al cual solo ciertas compañías podían acceder y canalizar como una mera vía de financiación, sin importar el resultado, la rentabilidad o su aplicación en el mercado.