El poema celebra el amor como la virtud más importante sobre todas las demás, incluyendo la fe y la profecía. Afirma que aunque uno tenga dones como hablar en lenguas o tener fe, si carece de amor, esos dones no significan nada. Describe al amor como paciente, servicial y tolerante, y dice que aunque la fe y la esperanza permanecerán, el amor es la virtud más grande de las tres. El poema está dedicado a Adriana y Enrique en su aniversario y está basado en una carta de San Pablo a los Corintios