El ingeniero Jorge Serrano Marzabal se enorgullecía profundamente de su profesión de ingeniería y cumplió solemnemente con sus obligaciones. Como ingeniero, no participó en empresas deshonestas y ofreció el más alto cumplimiento y fidelidad a sus clientes. Además, puso sus habilidades y conocimientos al servicio del público cuando fue necesario para el bien común, y se esforzó por proteger la reputación e intereses de todos los ingenieros merecedores.