Mi vida laboral inicio con tropiezos, en el año 2003 de ese tiempo conservo algunas amistades del taller literario, en ese lugar como en el cuento “el club del suicidio” conocí una seria de personajes que mezclaban lo patético y lo humorístico, nada libreteado, nada en el guion del profesor, eso surgía de la nada, la locura acumulada de vivir en Pasto era una exhibición a lo que a gran escala era la ciudad, un club de la pelea literaria de lo intrascendente