Mariana se puso feliz por recibir un juego de té como regalo. Al día siguiente, le prestó el juego a su amiga Julia, pero cuando regresó lo encontró roto. Mariana se enojó con Julia, pero su mamá le aconsejó que dejara secar su enojo antes de tomar cualquier acción, recordándole un incidente pasado donde tuvo que esperar a lavar su vestido ensuciado. Más tarde, Julia explicó que un niño malcriado había roto el juego, y le trajo a Mariana uno nuevo. Mariana ya no