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A la espera de nuestro amigo el cordero. fábula
- 1. Carlos Peña Todos los Derechos Reservados ©
A la espera de nuestro amigo el Cordero
Estaba cayendoel atardecery todoslosanimalesde laselvaestabanhambrientos, yaque
durante todoel día había estadolloviendo.
La selvase dividíaencuatrobloques; encadauno de estosbloqueshabíaunjefe que lo
dominaba.El bloque unoeradominadoporel León,el dospor el Asno,el trespor el Tigre y el
cuatro por el Cóndor.
Esta distribuciónde bloquesyjefesse habíahechoa escondidasdel corderoporque todos
tomaronen cuentaque podría llegarundía en el que no tendríanlaoportunidadde
alimentarse del sustentoque le proporcionabalaselvayaalgúnanimal tendríanque comerse.
Por desdicha, el corderose encontrabade vacacionesenunaislacercana.
El Tigre inicióconla distribuciónydijo:
–Todos acomódense enunáreaporque yoelijoel bloque tres –ya que era laparte
más bajay cuando llegaralavíctima,él sería el primeroendevorarlo.
El Asnotomó el bloque dos,yaque erala parte más alta y si decidíancomérselo,él losibaa
observary tendríamás tiempoparahuir.Mientrasel Leónobservabaesto,decidiótomarel
bloque uno,que se encontrabaenlaentradade laselvay así tomar mayor control de toda el
área.El Cóndoreligióel bloque cuatro,donde habíaunaltoárbol que le permitíaobservarcasi
la selvacompleta,incluyendolaentrada.Asíseríael primeroenverla víctima.
Eran las seiscuarentay cincominutosde latarde,todos hambrientosse encontrabanubicados
ensus lugaresespecíficos,esperandolavisitadel Cordero.El Halcónobservóque alguiense
acercaba a la entradade la selvay conuna pequeñaindicaciónlesinformóatodos.
El Corderollegóala entraday escuchóel murmullo,se diocuentade laintenciónde todosy
preguntó:
– ¿Qué hace el Cóndorallí arriba?
–Viendocuándovaa volverallover –contestóel Asno.
– ¿Y el burro,qué hace allí? –preguntóel Cordero.
–Por si la selvacoge mucha agua –respondióel Tigre.
– ¿Qué hace el Leónmirándome tanextrañamente?–preguntóel Cordero.
– Viendotusmaletas –dijoel Cóndor
– ¿Y tú,qué hacesahí afueray no entras? – preguntóel Tigre al Cordero.
– Esperandoa que ese dinosauriodeje de observarnos –le respondió.
Y todos voltearonavera ese dinosaurio.Enese momento,el Corderocorrióhaciaatrásy se
lesperdióatodosen la oscuridad.
Moraleja: Muchas vecesquienpretendeentre todosserel másastuto,porsu mala fe puede
llevarse tremendosusto.
Autor: Carlos Peña
Corregido por: Prof. Luisa Acosta
Digitadora: Sthepany Jáquez
Editado por: Carlos Peña