1. Silvia Rosa; me
enseñaste a vivir las
pequeñas cosas
cotidianas, esas que te
hacen sentir la vida
como un milagro que no
volverá a repetirse, hasta
que vuelva a amanecer y
me anime con tu sola
presencia, a mirar al
mundo con los ojos del
amor.
2. A tu lado aprendí a
descubrir la belleza
de la vida, cuando
por las mañanas
abro los ojos y feliz
me siento de estar
despierto y te
recuerdo con la
salida del sol.
3. Mi amor; te recordaba y
te traía aquí con ese dulce
silencio del recuerdo, y te
entregaba todo lo que
soy. Allí, en mi espacio
de sublime rendición,
reposaba sobre el arco iris
de tu amor, donde cada
sentimiento que me
robabas, hoy recuerdo.
4. Allí, mi vulnerabilidad
estaba revestida de una
serenidad que sólo te da
el amor. Todo esto, a tu
lado lo aprendí y por eso,
yo te esperaré una vez
más como antes, para
mirarte y entrelazar mis
manos con las tuyas. Y
en un mutuo silencio que
los dos comprendemos,
acariciaré tu rostro y
besaré tus labios.
5. Porque me alimento de
ti día a día, para volver a
renacer, y de tus cosas
más simples, para volver
a vivir. De una palabra
tuya me alimento para
seguir en lo cotidiano;
me alimento de tu dulce
melodía interna que me
transporta a un mundo
sin retorno, donde
habita todo aquello que
amo de ti.
6. Pero todo es poco para
regalártelo en palabras,
porque las cosas del
corazón, no se explican,
se sienten y se entregan
revestidas con la suavidad
de una caricia, con el
silencio cómplice de una
mirada, con un abrazo
eterno dado con el alma.
7. Ya es hora de que
sepas que sobre el
arco iris de tu amor
me enseñaste a
quererte con el alma.
A ti Silvia Rosa,
hacedora de sueños
eternos que guardaré
toda mi vida en el
umbral de mi alma,
te digo . . .
GRACIAS MI
AMOR.
8. Por el día a día que pasamos,
hoy te regalo mis sueños.
Por todo aquello que me
enseñaste en el arco iris de
tu amor, a ti te abro hoy mi
alma, y te agradezco todos
los bellos momentos junto a
ti mi amor
9. Y aunque me
arranquen la vida
siempre sere el dueño
de tu amor, gracias
vida mia por ser como
eres, gracias por
darme la felcidad
jamás encontrada y
ahora que la tengo
gracias mi hermosa
esposa, porque
nuestro amor; ni en
papelitos mujer!, te
amo hoy. Mañana y
siempre