Harold Shipman fue un médico británico reconocido como el peor asesino en serie de la historia moderna, asesinando al menos 215 pacientes, principalmente mujeres mayores, envenenándolas con morfina. Shipman tuvo una infancia difícil y se casó joven, llegando a trabajar como médico de cabecera en 1974. Fue arrestado en 1998 y condenado en 2000 a 15 cadenas perpetuas por el asesinato de 15 pacientes, cometiendo suicidio en la prisión en 2004.