La Web 1.0 permitía comunicación pasiva sin retroalimentación del público. La Web 2.0 permite acceso a software actualizado desde cualquier lugar de forma multiplataforma. La Web 3.0 hace que los buscadores encuentren información más fácilmente al distribuirla en varios sitios. La Web 4.0 permite accesibilidad, interactividad y captura de atención pero también vulnerabilidad a ataques cibernéticos y dependencia de la conexión a Internet.