Un aldeano encontró una bolsa con $1000 mientras recolectaba leña en el bosque. Aunque su familia pasaba hambre, decidió devolver la bolsa al no considerar el dinero como suyo. Cuando se la entregó al comerciante dueño original, este afirmó que faltaban $300 y amenazó con acusarlo de robo. Sin embargo, el juez creyó la honestidad del aldeano y le permitió quedarse con el dinero hasta que apareciera el verdadero propietario.