El documento contrasta las creencias antiguas sobre el amor (que se sentía con el hígado) con la realidad actual (que todo comienza en el cerebro). Explica que el amor se origina en el cerebro y libera sustancias como la dopamina y la feniletilamina, mientras que el enamoramiento es descrito como una enfermedad mental transitoria que hace ver virtudes inexistentes y oculta defectos evidentes en la otra persona.