Este corto relato de Julio Cortázar describe el sonido constante de las gotas de lluvia golpeando contra un balcón. La lluvia cae sin parar, formando goterones grandes y duros que suenan fuerte al estrellarse, uno tras otro, como bofetadas. El narrador expresa lo tedioso que es escuchar el sonido repetitivo de la lluvia cayendo sin cesar.