1. Universidad Técnica Particular de Loja
Trabajo a distancia de Computación Básica
Página 1 de 1
La formación de las olas:
Las olas, principal factor de la activa erosión litoral, deben ser distinguidas de las ondas. Se
originan por diversas causas, principalmente por el viento.
Las ondas:
Como ejemplo de ondas puede citarse la agitación producida en la superficie de las aguas
tranquilas de un estanque, cuando se arroja una piedra. Alrededor del punto de caída se
producen unas ondas concéntricas, que se expanden, pero sin desplazar a los objetos que
flotan sobre las aguas. Este movimiento es el que origina la onda, que sólo agita las
moléculas de agua en sentido vertical, sin desplazamiento horizontal. En los mares
ecuatoriales y tropicales es frecuente que los navíos se vean mecidos por largas y amplias
ondulaciones sin que sople el viento y con mar completamente llana. Estas ondas que se
suceden con regularidad y gran monotonía son el resultado producido por las olas de
fuertes temporales, originados a veces a centenares de kilómetros de distancia.
Las olas:
Sobre un mar en calma aceitosa empieza a soplar una ligera brisa. De inmediato aparecen
irregularidades sobre la superficie del agua en forma de ondas repartidas como el dibujo de
un diamante. Si el viento cesa, las olitas capilares se deshacen porque son más débiles que
la tensión superficial del agua marina. Pero si el viento persiste, encuentra un asidero en
estas ondas y las hace crecer. El efecto se realimenta porque cuanto mayores son, mayor es
el agarre del viento y surgen las olas.
Olas de interferencia:
Cuando por razones diversas las olas se encuentran según ángulos distintos, se origina una
ola de interferencia, fenómeno muy frecuente y característico en el centro de ciclones y
tifones. A fenómenos de interferencia parecen debidas las grandes olas denominadas de
marea (las Tres Marías) que se originan después de una serie de olas de tamaño ordinario.
Altura máxima:
Hay pocos datos sobre la altura máxima que puede alcanzar una ola. Siempre se recuerda
el caso del petrolero de la Navy "Rampao" y su encuentro con una ola de 34 metros en
pleno océano Pacífico en el año 1933. Aquella ola solitaria, formada tras un temporal que
duró una semana y que sopló con vientos de 68 nudos, no es quizás la mayor que pueda
crear la naturaleza. Seguramente existen olas de más de 50 metros de altura, pero quien se
ha encontrado con ellas en alta mar no ha sobrevivido para contarlo.
El rompimiento de las olas:
El efecto más importante producido por el oleaje es el choque de las olas contra las costas
escarpadas o la base de los acantilados: es el fenómeno que más impresiona, y al mismo
tiempo, el más hermoso que el mar puede ofrecer. Al llegar la ola cerca del obstáculo,
crece, se empina y disminuye de anchura, e impulsada por su misma velocidad pierde el
equilibrio y se estrella sobre las peñas que forman la costa, elevándose a notable altura. Si
la pendiente del litoral es muy escasa o si lo forman playas dilatadas, las olas que vienen
desde lejos, al rozar con el fondo sufren un retraso en sus zonas bajas, mientras que las
superiores avanzan. Este desequilibrio se va acentuando cada vez más y da origen,
primero, a que la ola adquiera mayor altura, y, luego, a que su cresta caiga hacia delante y
rompa sobre la playa, en un movimiento que en apariencia es como si la ola se arrollase y
Rowe Espinosa Gonzaga
Ingeniería en Gestión Ambiental
Centro Loja
2. Universidad Técnica Particular de Loja
Trabajo a distancia de Computación Básica
Página 1 de 1
rodase sobre la arena, marcándose una serie de fajas espumosas que avanzan a la misma
velocidad y equidistantes; pero que desaparecen en la orilla conforme nuevas olas originan
otras bandas parecidas.
Acción de los temporales:
Se han observado olas que al estrellarse en la base de los acantilados elevan a más de
60 metros de altura sus penachos de blanca espuma. En el caso de la costa de la isla
formada por el volcán Stromboli, las salpicaduras de las olas han llegado a elevarse hasta
97 metros. En medio de los grandes temporales, los faros de 45 metros de elevación
quedan envueltos por el oleaje, las salpicaduras y la espuma producidas por las olas al
romper sobre las rocas en que se hallan asentados estos faros. Es tanta la fuerza que en
determinados casos adquieren las olas, que son capaces de remover bloques de más de
1000 toneladas. En el faro de Skerryvore, islote del océano Atlántico situado al sudoeste de
la isla de Tirco, en Escocia, la presión por metro cuadrado llega a 3000 kilos durante el
verano y a los 10.000 kilos durante el invierno; pero se ha dado el caso de alcanzar 30.500
kilos en los grandes temporales.
Las olas, principal factor de la activa erosión
litoral, deben ser distinguidas de las ondas. Se
originan por diversas causas, principalmente
por el viento.
Las ondas:
Como ejemplo de ondas puede citarse la
agitación producida en la superficie de las aguas
tranquilas de un estanque, cuando se arroja una
piedra. Alrededor del punto de caída se producen unas ondas concéntricas, que se
expanden, pero sin desplazar a los objetos que flotan sobre las aguas. Este movimiento es
el que origina la onda, que sólo agita las moléculas de agua en sentido vertical, sin
desplazamiento horizontal. En los mares ecuatoriales y tropicales es frecuente que los
navíos se vean mecidos por largas y amplias ondulaciones sin que sople el viento y con
Rowe Espinosa Gonzaga
Ingeniería en Gestión Ambiental
Centro Loja
3. Universidad Técnica Particular de Loja
Trabajo a distancia de Computación Básica
Página 1 de 1
mar completamente llana. Estas ondas que se suceden con regularidad y gran monotonía
son el resultado producido por las olas de fuertes temporales, originados a veces a
centenares de kilómetros de distancia.
Las olas:
Sobre un mar en calma aceitosa empieza a soplar una ligera brisa. De inmediato aparecen
irregularidades sobre la superficie del agua en forma de ondas repartidas como el dibujo de
un diamante.
Si el viento cesa, las olitas capilares se deshacen porque son más débiles que la tensión
superficial del agua marina. Pero si el viento persiste, encuentra un asidero en estas ondas
y las hace crecer. El efecto se realimenta porque cuanto mayores son, mayor es el agarre
del viento y surgen las olas.
Olas de interferencia:
Cuando por razones diversas las olas se encuentran según ángulos distintos, se origina una
ola de interferencia, fenómeno muy frecuente y característico en el centro de ciclones y
tifones. A fenómenos de interferencia parecen debidas las grandes olas denominadas de
marea (las Tres Marías) que se originan después de una serie de olas de tamaño ordinario.
Las olas:
Sobre un mar en calma aceitosa empieza a soplar
una ligera brisa. De inmediato aparecen
irregularidades sobre la superficie del agua en
forma de ondas repartidas como el dibujo de un
diamante.
Si el viento cesa, las olitas capilares se deshacen
porque son más débiles que la tensión superficial
del agua marina. Pero si el viento persiste,
encuentra un asidero en estas ondas y las hace
crecer. El efecto se realimenta porque cuanto
mayores son, mayor es el agarre del viento y surgen
las olas.
ALTURA MAXIMA
Hay pocos datos sobre la altura máxima que puede alcanzar una ola. Siempre se recuerda
el caso del petrolero de la Navy "Rampao" y su encuentro con una ola de 34 metros en
pleno océano Pacífico en el año 1933. Aquella ola solitaria, formada tras un temporal que
duró una semana y que sopló con vientos de 68 nudos, no es quizás la mayor que pueda
crear la naturaleza. Seguramente existen olas de más de 50 metros de altura, pero quien se
ha encontrado con ellas en alta mar no ha sobrevivido para contarlo.
Rowe Espinosa Gonzaga
Ingeniería en Gestión Ambiental
Centro Loja
4. Universidad Técnica Particular de Loja
Trabajo a distancia de Computación Básica
Página 1 de 1
NAVY OCEANO AÑO 1933
METROS METROS METROS OLEAJE
34
OLA DE OLA DE OLA DE ENVUELTOS
RAMPAO PACIFICO
ACANTILADOS OCEANO
60
PACIFICO
COSTA DEL
97
VOLCAN ---------- ----------
STRONBOLLI
FAROS EN
POR EL
STROMBOLLI ---------- ----------
[(2X +1)²-3Z] / (9-2Ө) = {9Y+ [1 -8X² -(4*X)]}
El rompimiento de las olas:
El efecto más importante producido por el oleaje es el choque de las olas contra las
costas escarpadas o la base de los acantilados: es el fenómeno que más impresiona, y al
mismo tiempo, el más hermoso que el mar puede ofrecer. Al llegar la ola cerca del
obstáculo, crece, se empina y disminuye de anchura, e impulsada por su misma velocidad
pierde el equilibrio y se estrella sobre las peñas que forman la costa, elevándose a notable
altura. Si la pendiente del litoral es muy escasa o si lo forman playas dilatadas, las olas que
Rowe Espinosa Gonzaga
Ingeniería en Gestión Ambiental
Centro Loja
5. Universidad Técnica Particular de Loja
Trabajo a distancia de Computación Básica
Página 1 de 1
vienen desde lejos, al rozar con el fondo sufren un retraso en sus zonas bajas, mientras que
las superiores avanzan. Este desequilibrio se va acentuando cada vez más y da origen,
primero, a que la ola adquiera mayor altura, y, luego, a que su cresta caiga hacia delante y
rompa sobre la playa, en un movimiento que en apariencia es como si la ola se arrollase y
rodase sobre la arena, marcándose una serie de fajas espumosas que avanzan a la misma
velocidad y equidistantes; pero que desaparecen en la orilla conforme nuevas olas originan
otras bandas parecidas.
Acción de los temporales:
Se han observado olas que al estrellarse en la base de los acantilados elevan a más de 60
metros de altura sus penachos de blanca espuma. En el caso de la costa de la isla formada
por el volcán Stromboli, las salpicaduras de las olas han llegado a elevarse hasta 97 metros.
En medio de los grandes temporales, los faros de 45 metros de elevación quedan envueltos
por el oleaje, las salpicaduras y la espuma producidas por las olas al romper sobre las rocas
en que se hallan asentados estos faros. Es tanta la fuerza que en determinados casos
adquieren las olas, que son capaces de remover bloques de más de 1000 toneladas. En el
faro de Skerryvore, islote del océano Atlántico situado al sudoeste de la isla de Tirco, en
Escocia, la presión por metro cuadrado llega a 3000 kilos durante el verano y a los
10.000 kilos durante el invierno; pero se ha dado el caso de alcanzar 30.500 kilos en los
grandes temporales.
Rowe Espinosa Gonzaga
Ingeniería en Gestión Ambiental
Centro Loja