Este poema de Federico García Lorca describe el río Guadalquivir y los dos ríos de Granada, el Dauro y el Genil. Hace referencia a los naranjos, olivos, nieve, trigo, torres y gritos que se asocian con los ríos. Un motivo recurrente es el amor perdido y la partida del ser amado expresado en la frase "¡Ay amor que se fue y no vino!".