Este documento enfatiza la importancia de escuchar la palabra de Dios. Resalta que quienes escuchan las reprensiones de la vida vivirán entre los sabios. Además, señala que Dios abre nuestros oídos para que escuchemos su voz y retengamos sus enseñanzas. Finalmente, subraya que no basta solo con escuchar, sino que también debemos poner en práctica lo que oímos.