Un oficial de policía persiguió a un camión que iba a alta velocidad. Durante la persecución, no pudo comunicarse con la central de policía y una voz misteriosa lo guió a una casa donde un niño no podía respirar. El oficial auxilió al niño y años más tarde se convirtió en el director mundial de misiones internacionales de una iglesia, comprendiendo que Dios lo había guiado por caminos misteriosos para ayudar a la persona correcta.