2. Un día una amiga le pregunta a otra, “¿cómo es que siempre estás tan felíz? Tienes tanta energía y nunca pareces desanimada”.
3. Con un brillo en los ojos que parecían sonreir, le contesta “yo conozco el secreto!” “ ¿Qué secreto es ese?” A lo que ella respondió, “te lo contaré todo, pero tienes que prometer que compartirás el secreto con otros”.
4. “ El secreto es este: Yo he aprendido que es muy poco lo que puedo hacer en mi vida que me haga verdaderamente felíz. Debo depender de Dios para que me haga felíz y cubra mis necesidades. Cuando una necesidad aparece en mi vida, debo confiar en Dios para que supla esa necesidad de acuerdo a sus riquezas.
5. He aprendido que la mayor parte del tiempo no necesito ni la mitad de lo que pensé necesitar. nunca me ha decepcionado. Desde que aprendí ese “secreto”, soy felíz.”
6. El primer pensamiento de la amiga fue, “eso es muy simple!” Pero reflexionando sobre su propia vida recordó cómo pensó que una casa más grande la haría felíz, pero no fue así. Pensó que un mejor empleo la haría felíz, pero no fue así.
7. ¿Cuándo sintió la más grande felicidad? Sentada en el piso con sus nietos, jugando, comiendo pizza ó leyendo un cuento, un simple regalo de Dios.
8. Ahora tú conoces el secreto tambien! No podemos depender de otras personas para que nos den felicidad. Solo Dios en su infinita sabiduría puede hacerlo. Confía en el! Y ahora te paso el secreto a tí! Así que cuando lo recibas, ¿que harás con él?
9. ¡Debes contarle a otros el secreto tambien! ¡Que dios en su infinita sabiduría cuidará de tí! Cindy