El río Chillón está extremadamente contaminado debido a que las minas, industrias y ciudades vierten sus desechos directamente en él. Esto ha convertido al río en una alcantarilla a cielo abierto que emana olores nauseabundos y está lleno de aguas negras y verdes con residuos sólidos. Los niños que viven cerca del río, como Betito y Cesitar, juegan con botellas plásticas en sus aguas contaminadas y corren un alto riesgo de contraer enfermedades infeccios