Los animales salvajes pueden ser peligrosos, ya que viven en su hábitat natural y buscan alimentarse y protegerse a sí mismos y a sus crías. Algunas especies, como los grandes depredadores, representan un mayor riesgo para los humanos debido a su tamaño y comportamiento de caza. Sin embargo, la mayoría de los animales salvajes tienden a evitar el contacto con los humanos siempre que sea posible.