Richard Joyce, un hombre de la villa de Claddagh en Irlanda, fue vendido como esclavo después de que su barco fuera atacado por piratas mientras intentaba mejorar su vida. Pasó doce años como joyero en Argelia soñando con volver a casa. Finalmente fue liberado y regresó a Claddagh, donde le dio a su prometida el primer anillo de Claddagh que él había diseñado, con una corona, manos y corazón para representar la fidelidad, amistad y amor.