La vida no se mide por factores externos como amigos, planes, parejas o estatus social y económico, sino por cómo se afecta a los demás a través del amor, la felicidad, los compromisos, la amistad y el respeto que se les brinda. La vida se trata principalmente de usarla para alimentar el corazón de los otros y de las decisiones que se toman para afectarlos de manera dañina o benéfica.