Este poema expresa la gratitud del autor hacia Dios a pesar de no creer formalmente en él. El autor enumera las cosas buenas en su vida, como sus hijos, su esposa y la alegría que encuentra en la naturaleza, que lo llevan a sentir la presencia de Dios. El poema concluye instando a los lectores a orar y a compartir el mensaje con otros para bendecirlos.