La guerra entre Perú y Chile tuvo varias consecuencias negativas para ambos países, incluyendo la pérdida de recursos importantes como el guano y el salitre, inestabilidad económica, cambios territoriales como la pérdida de Arica y Tacna por Perú, y la pérdida de sus fuerzas navales y ejércitos, lo que llevó a un mayor militarismo en el gobierno peruano.