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BOSQUEJO
La palabra de Cristo more
ricamente en nosotros
Lectura bíblica: Col. 3:16-17; Fil. 2:15-16
I. La palabra de Cristo es la palabra hablada por
Cristo (Col. 3:16):
A. Dios, en Su economía neotestamentaria, habla en el
Hijo (He. 1:2; Jn. 1:1, 14, 18):
1. El Hijo no solamente habla por Sí mismo en los
Evangelios, sino también mediante Sus miem-
bros —los apóstoles y profetas— en el libro de
Hechos, en las Epístolas y en Apocalipsis (Mt.
17:5; Hch. 4:20; 5:20; 6:7; Col. 1:25; Ap. 1:2, 9).
2. Todas estas maneras de hablar pueden conside-
rarse la palabra de Cristo; por lo tanto, la pala-
bra de Cristo abarca todo el Nuevo Testamento
(Col. 3:16).
B. En Colosenses la palabra tiene como fin revelar a
Cristo en Su preeminencia, centralidad y universa-
lidad (1:18; 2:9; 3:11):
1. Colosenses gira en torno a Cristo como nues-
tra Cabeza y nuestra vida, y la preocupación de
Pablo en Colosenses es que Cristo sea revelado
hasta el pleno conocimiento; para ello, necesita-
moslapalabradeCristo(1:9-10,18;2:19;3:4,10).
2. Es por medio de Su palabra que Cristo ejerce Su
autoridad como cabeza y nos suministra Sus
riquezas; por lo tanto, se da énfasis en este libro
a la palabra de Cristo (Ef. 3:8; Col. 3:16).
II. La palabra de Cristo es, de hecho, la persona de
Cristo (v. 16; Jn. 15:4, 7):
A. Pablo prácticamente personifica la palabra de
Cristo; él nos dice que la palabra more en noso-
tros como si se tratara de una persona viva (Col.
3:16; cfr. Ef. 3:17).
B. Primeramente tenemos a Cristo como nuestra vida,
y luego tenemos Su palabra viva personificada como
Su persona que mora en nosotros (Col. 3:4, 16).
C. Puesto que la palabra de Cristo puede morar en
SEMANA 3 — BOSQUEJO 38
Día 1
Día 2
nosotros, ésta debe de ser una persona viva; por lo
tanto, permitir que la palabra de Cristo more en
nosotros indica que nosotros le permitimos a una
persona viva, a Cristo mismo, morar en nosotros
(v. 16; 1:27).
D. Si hemos de permitir que Cristo haga Su hogar en
nuestros corazones, debemos ser llenos de la pala-
bra de Cristo (Ef. 3:17; Jn. 14:23):
1. El hecho de que la palabra del Señor more en
nosotros significa que el Señor mismo es quien
mora en nosotros (15:4, 7).
2. Si Cristo ha de morar en nosotros de manera
práctica, Sus palabras deben morar en nosotros;
no podemos experimentar el hecho de que Cristo
está en nosotros a menos que también tengamos
Sus palabras en nosotros (Col. 1:27; 3:16; Ef.
3:17; Jn. 14:23; 15:4, 7).
III. Debemos permitir que la palabra de Cristo more
ricamente en nosotros (Col. 3:16):
A. La palabra griega traducida “more” literalmente
significa esté en casa, habite:
1. Esto indica que debemos permitir que la palabra
de Cristo more en nosotros, que habite en noso-
tros y haga su hogar en nosotros (v. 16).
2. La palabra del Señor debe tener suficiente lugar
dentro de nosotros para poder operar y minis-
trarlasriquezasde Cristo a nuestro serinterior.
B. La palabra de Cristo debe morar ricamente en noso-
tros (v. 16):
1. Las riquezas de Cristo están en Su palabra, y
cuando esta palabra tan rica habita en nosotros,
debe habitar ricamente en nosotros (Ef. 3:8).
2. El hecho de que la palabra de Cristo more rica-
mente en nosotros significa que habita en noso-
tros, reside en nosotros, de una manera rica
(Col. 3:16):
a. El comer es un buen ejemplo de esto; cuando
ingerimos alimentos nutritivos y los asimila-
mos, éstos moran ricamente en nosotros (Jn.
6:57b).
b. Igualmente, el hecho de que la palabra de
Cristo more ricamente en nosotros significa
39 SEMANA 3 — BOSQUEJO
Día 3
que ésta habita en nosotros en el sentido
de que nos alimenta y nos suministra sus
riquezas (Mt. 4:4).
C. La palabra de Cristo debe poder actuar libremente
en nosotros; la palabra de Cristo debe tener la liber-
tad de operar en nosotros, de habitar en nosotros y
de hacer su hogar en nosotros (Col. 3:16).
D. En lugar de nuestra cultura, opiniones, conceptos,
pensamientos y puntos de vista, debemos tener la
palabra de Cristo (Mt. 7:24; 16:23-24; 24:35):
1. Es posible que no permitamos que la palabra de
Cristo more en nosotros ni permitamos que ella
viva, se mueva ni actúe en nosotros; como resul-
tado, lo que prevalece en nuestro ser es nuestra
cultura o filosofía, no la palabra de Cristo (Jn.
8:37, 47).
2. Es crucial que permitamos que la palabra de
Cristo entre en nosotros, more en nosotros y
reemplace nuestra cultura, conceptos, opiniones
y filosofía (Col. 1:5; 2:8; 3:16).
E. En el aspecto negativo, debemos desechar nuestras
normas culturales y, en el aspecto positivo, debemos
ser llenos de la palabra de Cristo; esto significa que
debemos permitir que la palabra de Cristo llene
nuestra mente, parte emotiva y voluntad, y que todo
nuestro ser sea empapado y saturado de la palabra
de Cristo (vs. 10-11, 16).
IV. Permitir que la palabra de Cristo more rica-
mente en nosotros está relacionado con el hecho
de hacerlo todo en el nombre del Señor Jesús
(vs. 16-17):
A. La palabra de Cristo es, de hecho, la corporificación
de Cristo con todas Sus riquezas; por lo tanto, ser
saturados de la palabra es permitir que las riquezas
de Cristo se infundan en nuestro ser y nos empapen
(Ef. 3:8, 17).
B. Mientras la palabra de Cristo hace su hogar en
nosotros, el Señor nos hace uno con Él, y espontá-
neamente nosotros podemos hacerlo todo en el nom-
bre del Señor (Col. 3:16-17):
SEMANA 3 — BOSQUEJO 40
Día 4
Día 5
1. Si ejercitamos todo nuestro ser en recibir la
palabra, con el tiempo seremos llenos, ocupados
y saturados de la palabra viva.
2. Debido a que la palabra es la corporificación del
Espíritu y debido a que el Espíritu es la realidad
de Cristo, automáticamente seremos llenos de
Cristo y lo haremos todo en el nombre del Señor
Jesús (Jn. 6:63; 14:16-18; Col. 3:17).
V. Si permitimos que la palabra de Cristo more
ricamente en nosotros, resplandeceremos como
luminares en el mundo, enarbolando la palabra
de vida (Fil. 2:15-16):
A. A medida que somos llenos de la palabra de vida,
manifestamos a Cristo y lo magnificamos; es de esta
manera que vivimos a Cristo, quien es precisamente
la palabra de vida con la cual resplandecemos
(1:20-21a; 2:15-16).
B. Cuanto más permitamos que la palabra de Cristo
more ricamente en nosotros, más acumularemos la
palabra en nosotros; de este modo, espontánea-
mente resplandeceremos con la palabra de vida que
hemos recibido en nuestro ser (Col. 3:16; Fil.
2:15-16):
1. Este resplandor a su vez nos capacitará para
enarbolar, presentar, la palabra de vida a los
demás (v. 16; Mt. 5:14-16).
2. Ésta es la manera apropiada de predicar el
evangelio y proclamar la verdad (Col. 1:5-6, 23;
Jn. 1:1, 14; 8:12, 32; 18:37).
41 SEMANA 3 — BOSQUEJO
Día 6
DÍA 1 Lectura para hoy
Día a día, al acudir a la Palabra escrita, debemos sentir que la
palabra de Cristo, esta palabra viviente y personificada, está espe-
rándonos y anhelando morar ricamente en nosotros. Siempre que
acudamos a la Palabra escrita, debemos tener la certeza en nuestro
ser de que estamos contactando al Señor mismo como la Palabra
viva. Por lo tanto, cuando recibamos la palabra de Cristo, o sea, a
Cristo mismo, debemos darle completa libertad de hacer su hogar
ennosotros.Debemosorar,diciendo:“Señor,te ofrezco todo misera
Ti y a Tu palabra. Te doy acceso a cada parte de mi ser interior.
Señor,hazquemiserinteriorseaunhogarparaTiyTupalabra”.
Efesios 5:18 nos exhorta a que seamos llenos en el espíritu
medianteelDiosTriuno;yColosenses3:16nosdicequelapalabrade
Cristo more ricamente en nosotros. El tema de Colosenses gira en
torno a Cristo como nuestra Cabeza y nuestra vida. Cristo ejerce Su
autoridad como cabeza y nos suministra Sus riquezas por medio de
Su palabra. De ahí que en Colosenses se haga hincapié en la palabra
de Cristo. Efesios, por su parte, trata acerca de la iglesia como el
Cuerpo de Cristo. La manera en que nosotros podemos llevar una
SEMANA 3 — DÍA 1 42
Alimento matutino
Col.
1:18
Y Él es la Cabeza del Cuerpo que es la iglesia; Él es el
principio, el Primogénito de entre los muertos, para
que en todo Él tenga la preeminencia.
3:16 La palabra de Cristo more ricamente en vosotros en
toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos unos a
otros con salmos e himnos y cánticos espirituales,
cantando con gracia en vuestros corazones a Dios.
No sólo necesitamos ser llenos en el espíritu mediante el Dios
Triunoprocesado,sinoqueademásdeestonecesitamosquelapala-
bra de Cristo more ricamente en nosotros. En Colosenses 3:16
Pablo dice: “La palabra de Cristo more ricamente en vosotros”. La
palabra de Cristo denota las palabras habladas por Cristo. Dios, en
Su economía neotestamentaria, habla en el Hijo, y el Hijo habla no
solamente en los Evangelios, sino también por medio de Sus miem-
bros, los apóstoles y profetas, en Hechos hasta Apocalipsis. Todos
estos libros pueden ser considerados Su palabra. La palabra de
Cristo incluye todo el Nuevo Testamento. Necesitamos ser llenos
de esta palabra. (Truth Lessons—Level Three, t. 3, pág. 116)
vida normal de iglesia consiste en ser llenos en nuestro espíritu
hastalamedidadetodalaplenituddeDios.Deahíqueserecalqueel
Espíritu. En Efesios se hace hincapié en el Espíritu Santo y en nues-
tro espíritu una y otra vez; incluso la palabra es considerada el Espí-
ritu (6:17). Sin embargo, en Colosenses el Espíritu se menciona
solamente unavez(1:8) y el espírituhumano se mencionasolamente
una vez (2:5). En Efesios vemos que la palabra tiene como fin lavar-
nos de nuestra vida natural y pelear en contra del enemigo (5:26;
6:17); mientras que en Colosenses vemos que la palabra tiene como
fin revelar a Cristo en Su preeminencia, centralidad y universalidad
(1:25-27). Esta palabra, al igual que el Espíritu, anhela morar en
nosotros, ocuparnos y llenarnos, pero para ello es menester que per-
mitamos que la palabra more ricamente en nosotros.
Disfrutamos la impartición de la Trinidad Divina al ser llenos en
nuestro espíritumediante el DiosTriuno procesado y al permitirque
la palabra de Cristo more ricamente en nosotros. Efesios 5:18 dice:
“Sed llenos en el espíritu”, y Colosenses 3:16 dice: “La palabra de
Cristo more ricamente en vosotros”. Estos dos pasajes análogos de la
Escrituranosamonestanaserllenosennuestroespíritumedianteel
Dios Triuno y a permitir que la palabra de Cristo more ricamente
en nosotros. Cuando somos llenos en nuestro espíritu mediante el
Dios Triuno procesado y permitimos que la palabra de Cristo more
ricamente en nosotros, disfrutamos de la impartición de la Trinidad
Divina. (Truth Lessons—Level Three, t. 3, págs. 117, 114)
DebemospermitirquelapalabradeCristohabiteennosotros.No
debemosestarllenosdelastradicionesjudíasnidelafilosofíagriega,
sino de la palabras de Cristo. Nosotros somos recipientes que deben
contenerlaspalabrasdeCristo,ynolafilosofíanilareligión.Asíque,
debemos vaciarnos de estas cosas para que la palabra de Cristo nos
llene. Si permitimos que la paz de Cristo sea el árbitro en nuestro
interior y si somos llenos de la palabra de Cristo, tendremos al nuevo
hombre enla práctica.Todoslossantosde lasiglesiasentodo el reco-
bro del Señor vivirán a Cristo en la esfera del nuevo hombre … Lo
que nos interesa es Cristo como nuestra vida y como el constituyente
del nuevo hombre, y no nuestro trasfondo, cultura, opinión ni juicio.
Deseamos que Su pazsea el árbitro en nosotros y que Su palabra nos
llene. (Estudio-vida de Colosenses, págs. 312-313)
Lectura adicional: Truth Lessons—Level Three, t. 3, lección 50; The
Healthy Word, caps. 3, 8
Iluminación e inspiración:
43 SEMANA 3 — DÍA 1
DÍA 2 Lectura para hoy
Primero, tenemos a Cristo como nuestra vida; luego, tenemos
Su Palabra viva que, personificada, mora en nosotros como la
persona de Cristo … La palabra de Cristo abarca el Nuevo Testa-
mento en toda su extensión. Tenemos que ser llenos de esta pala-
bra. Esto quiere decir que debemos permitir que la palabra de
Cristo more en nosotros, que habite nuestro ser, que haga su
hogar en nosotros. La palabra griega que aquí se tradujo “more”
literalmente significa “esté en casa, habite”. La palabra del
Señor tiene que hallar plena cabida en nuestro ser a fin de poder
operar y ministrar las riquezas de Cristo en lo profundo de nues-
tro ser. (Entrenamiento para ancianos, libro 6: Los puntos cru-
ciales de la verdad contenida en las epístolas de Pablo, pág. 108)
La palabra more, que aparece en Colosenses 3:16, indica que la
palabra de Cristo es nada menos que una persona: Cristo mismo.
Dado que la palabra puede morar en nosotros, hacer su hogar en
nosotros,ésta debe seruna persona viviente.Porlo tanto,permitir
que la palabra de Cristo more en nosotros significa que nosotros
SEMANA 3 — DÍA 2 44
Alimento matutino
Jn.
15:4
Permaneced en Mí, y Yo en vosotros. Como el
pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no per-
manecéis en Mí.
7 Si permanecéis en Mí, y Mis palabras permanecen en
vosotros, pedid lo que queráis, y os será hecho.
Colosenses 3:16 dice: “La palabra de Cristo more ricamente
en vosotros en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos unos
a otros con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando con
gracia en vuestros corazones a Dios”. Pablo aquí declara que la
palabra de Cristo debe morar o habitar en nosotros. Esto implica
que la palabra de Cristo es viviente. Sólo algo viviente puede
morar o habitar en una persona.
La expresión de Pablo en este versículo indica que la palabra
de Cristo se asemeja mucho a una persona viviente. Aquí, el
apóstol prácticamente personifica la palabra de Cristo, al exhor-
tarnos que permitamos que ésta habite en nosotros, tal como si
fuera una persona. De hecho, la palabra de Cristo es la persona
misma de Cristo. (Estudio-vida de Filipenses, pág. 359)
permitimosque una persona viva —Cristo mismo— more en noso-
tros. (Truth Lessons—Level Three, t. 3, pág. 116)
Si permitimos que Cristo ocupe nuestro ser y haga Su hogar en
nosotros, seremos llenos de la palabra de Cristo. En Juan 14:23 el
Señor Jesús declara: “El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi
Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. Aquí
podemosverlarelaciónqueexisteentrelapalabradelSeñorylapro-
mesadequeelPadreyelHijovendránanosotrosparahacermorada
con nosotros. Resulta difícil determinar exactamente para quién es
esta morada, si es para el Padre y el Hijo o para nosotros. En reali-
dad,se trata de una morada mutua.Poruna parte,el Señornoshace
Su morada; por otra, Él es nuestra morada. Este hecho lo comprue-
ban las palabras del Señor en Juan 15:4, que dicen: “Permaneced en
Mí, y Yo en vosotros”. Esto se refiere a una acción recíproca de per-
manecer el uno en el otro y de morar el uno en el otro. Sin lugar a
dudas, Juan 15 es la continuación del capítulo 14. En el capítulo 14
vemos la morada mutua, y en el capítulo 15, el permanecer del uno
en el otro. Ya que existe una morada tanto para el Señor como para
nosotros, ahora podemos permanecer en Él y Él en nosotros.
Según Juan 15:4 y 7, el hecho de que la palabra del Señor more
en nosotros significa que el Señor mismo mora en nuestro ser. El
versículo 4 dice: “Permaneced en Mí, y Yo en vosotros”. Luego,
en el versículo 7, el Señor añade: “Si permanecéis en Mí y Mis
palabras permanecen en vosotros…”. Estos versículos indican que
las palabras del Señor equivalen al Señor mismo. Si Cristo ha
de permanecer en nosotros de forma práctica, Sus palabras deben
permanecer en nosotros. No podemos tener a Cristo en nosotros de
una forma práctica si no tenemos Sus palabras.
¡Alabamos al Señor porque tenemos a Cristo, el Espíritu y
la Palabra! Por ser Dios, Cristo es real; por ser el Espíritu, Él es
viviente; y por ser la Palabra, Él es muy accesible. Ninguno de
nosotros puede negar que, como creyentes en Cristo, tenemos
el Espíritu y la Palabra. ¡Cuán maravilloso es el hecho que el
Espíritu y la Palabra sean uno!
Cuando somos llenos de la palabra de Cristo, automática-
mente somos llenos de Sus riquezas y de la plenitud de la Deidad.
(Estudio-vida de Filipenses, págs. 369-370, 371)
Lectura adicional: Estudio-vida de Filipenses, mensajes 40-41;
Estudio-vida de Colosenses, mensaje 29
Iluminación e inspiración:
45 SEMANA 3 — DÍA 2
DÍA 3 Lectura para hoy
Colosenses 3:16 dice: “La palabra de Cristo more ricamente en
vosotros”. Deben observar que en este versículo Pablo dice: “La
palabra de Cristo more … en vosotros”. Esta clase de tono indica
que la palabra de Cristo está aquí esperando que le permitan
entrar en ustedes. Parece que una persona está esperando aquí,
esperando que le permitan entrar. Hace años cuando leí este ver-
sículo, no estaba de acuerdo con esta clase de tono. ¿Por qué Pablo
dice: “La palabra de Cristo more … en vosotros”? La indicación
aquí es que hoy en día la palabra viviente de Cristo espera que le
permitan entrar. Esta palabra está personificada como una per-
sona viviente. No se dice: “La mesa more en el cuarto”. La mesa no
puede morar porque está sin vida. Cualquier cosa que pueda
morar en su casa debe ser una persona viviente. Una cosa sin vida
no puede morar. Pablo dice: “La palabra de Cristo more … en voso-
tros”, y el Nuevo Testamento nos dice que Cristo es la Pala-
bra … Seguramente ésta es la Palabra orgánica, la Palabra
SEMANA 3 — DÍA 3 46
Alimento matutino
Ef.
3:8
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los
santos, me fue dada esta gracia de anunciar a los gen-
tiles el evangelio de las inescrutables riquezas de
Cristo.
Jn.
6:57
Como me envió el Padre viviente, y Yo vivo por causa
del Padre, asimismo el que me come, él también
vivirá por causa de Mí.
Debemos permitir que la palabra de Cristo more en nosotros,
habite en nosotros, haga su hogar en nosotros. La palabra griega tra-
ducida “more” mencionada en Colosenses 3:16 significa esté en casa,
habitar.LapalabradelSeñortienequehallarplenacabidaennuestro
ser a fin de poder operar y ministrar las riquezas de Cristo en lo pro-
fundo de nuestro ser. Además, la palabra de Cristo debe morar rica-
menteennosotros.LasriquezasdeCristosehallanenSupalabra(Ef.
3:8).Estapalabradebehabitarennosotros.Nodebemossimplemente
recibirlayluegomantenerlaconfinadaenunpequeñorincóndenues-
tro ser. Al contrario, esta palabra debe tener la libertad de operar en
nosotros. De este modo, la palabra podrá habitar en nosotros y hacer
su hogar en nuestro ser. (Truth Lessons—Level Three, t. 3, pág. 116)
viviente, la Palabra que existe como una persona viviente. Esta
Palabra espera entrar en ustedes. Deben abrirse y permitirle
entrar. (Las reuniones en casa: La manera única para tener el
aumento y la edificación de la iglesia, págs. 65-66)
¿Qué significa que la palabra de Cristo more ricamente en
nosotros? Hace muchos años, yo pensaba que esto tenía que ver
con memorizar versículos de la Biblia y ser capaz de recitarlos.
En aquel tiempo, pensaba que debía memorizar muchos versícu-
los para que la palabra de Cristo morase ricamente en mí. Pero
esto no fue lo que quiso decir Pablo en Colosenses 3:16.
La declaración “la palabra de Cristo more ricamente en voso-
tros” significa que la Palabra habita en nosotros, mora en nosotros,
de una manera rica. Un ejemplo de esto es la comida. Después de
comer, los alimentos moran ricamente en nosotros. Puesto que los
alimentos contienen muchos elementos ricos y nutritivos, después
de que los comemos y los asimilamos, éstos moran ricamente en
nosotros. De igual manera, la frase “la palabra de Cristo more rica-
mente en vosotros” significa que la Palabra nos nutre y nos imparte
sus riquezas. Esto no tiene que ver con memorizar versículos; antes
bien, implica que la Palabra, la cual contiene las inescruta-
bles riquezas de Cristo, debe morar en nosotros de una manera que
nos nutra y enriquezca.
He conocido personas que se han memorizado todo el libro de
Efesios, e incluso conocí a alguien que se había memorizado todo
el Evangelio de Mateo. Sin embargo, el hecho de memorizar libros
enteros del Nuevo Testamento no significa que la palabra de
Cristo more ricamente en nosotros. Por ejemplo, es posible que
ciertos alimentos que comemos no los digiera nuestro estómago
apropiadamente. La indigestión indica que lo que comemos no ha
sido asimilado de una manera rica. Por muy nutritivo que sea un
alimento, su asimilación metabólica no es rica si sufrimos de indi-
gestión después de comerlo. En dado caso, nuestro organismo no
es capaz de absorber las riquezas de los alimentos. Sin embargo, si
tenemos un metabolismo sano y digerimos bien los alimentos que
comemos, los elementos de la comida entrarán ricamente en nues-
tro cuerpo. Es así como necesitamos que la palabra de Cristo more
en nosotros. (Estudio-vida de Filipenses, págs. 332-333)
Lectura adicional: Estudio-vida de Filipenses, mensajes 37-38;
Words of Training for the New Way, t. 2, cap. 22
Iluminación e inspiración:
47 SEMANA 3 — DÍA 3
DÍA 4 Lectura para hoy
Por un lado, [Pablo] recalca la paz de Cristo y, por otro, la palabra
de Cristo. Quizás algunos de nosotros pensemos que con tal de que
nuestroespírituseaviviente,todoestarábien.Talveznonoshayamos
dado cuenta de que la paz de Cristo debe ser el árbitro dentro de cada
uno de nosotros y que la palabra de Cristo debe hacer su hogar en
nuestroscorazones.SipermitimosquelapazdeCristooperedentrode
nosotros y que la palabra de Cristo more en nosotros, seremos cristia-
nos apropiados. En lugar de seguir nuestras preferencias, tendremos
el arbitraje de Cristo. Así, en lugar de nuestras opiniones, conceptos,
pensamientos y evaluaciones, tendremos la palabra de Cristo.
Algunos santos aprecian mucho la Biblia y la leen diariamente,
pero en su vida diaria son sus conceptos, opiniones y filosofía los que
actúan dentro de ellos, y no la palabra de Cristo. Tal vez estudien
la Biblia, pero no permiten que la palabra de Cristo more en
ellos…Comoresultado,loqueprevaleceensuseressufilosofía,yno
la palabra de Cristo. A pesar de que leen la Biblia, la palabra de Dios
permanece fuera de ellos. Es crucial que le permitamos a la palabra
de Cristo entrar en nosotros,morardentro de nosotros,y reemplazar
nuestros conceptos, opiniones y filosofías. Debemos orar: “Señor
SEMANA 3 — DÍA 4 48
Alimento matutino
Col.
2:8
Mirad que nadie os lleve cautivos por medio de su
filosofía y huecas sutilezas, según las tradiciones de
los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y
no según Cristo.
3:10-11 …Vestidodelnuevo[hombre,]…dondenohaygriego
ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro,
escita, esclavo ni libre; sino que Cristo es el todo, y en
todos.
En Colosenses la palabra tiene como fin revelar a Cristo
(1:25-27) en Su preeminencia, centralidad y universalidad.
Hemos mencionado que Efesios recalca el Espíritu, mientras que
Colosenses hace énfasis en la palabra. Efesios trata de nuestro
vivir, mientras que Colosenses trata de la revelación de Cristo. En
Colosenses, la preocupación de Pablo tenía que ver con la revela-
ción de Cristo, la cual nos permite obtener el pleno conocimiento.
Para este fin necesitamos la palabra de Cristo. (Estudio-vida de
Colosenses, págs. 254-255)
Jesús, yo estoy dispuesto a abandonar mis conceptos. Yo quiero que
Tu palabra tenga el terreno en mí.Estoy dispuesto a renunciara mis
opinionesyamifilosofía.YoquieroqueTupalabraprevalezcaenmí.
No quiero que prevalezcan más mis conceptos”.
No podemos separar la palabra de Cristo de Su arbitraje. El
árbitro resuelve las disputas con su palabra. Debemos presen-
tarle nuestro caso al árbitro y escuchar su palabra. Esto significa
que debemos permitir que la paz de Cristo sea el árbitro en nues-
tros corazones y que la palabra de Cristo more en nosotros.
Entonces rebozaremos de cánticos y acciones de gracias.
Conforme a Colosenses 3:16, cuando la palabra de Cristo
more ricamente en nosotros, nos enseñaremos y exhortaremos
unos a otros con salmos, himnos y cánticos espirituales, y canta-
remos con gracia en nuestros corazones a Dios. El enseñar, el
exhortar y el cantar están todos relacionados con el verbo morar.
Esto indica que la manera en que permitimos que la palabra del
Señor more ricamente en nosotros es enseñar, exhortar y cantar.
Debemos enseñar y exhortar no sólo con palabras, sino también
con salmos, himnos y cánticos espirituales.
Por un lado, debemos desechar nuestras normas culturales, y
por otro, debemos ser llenos de la palabra de Cristo. Esto signi-
fica que debemos permitir que la palabra de Cristo llene nuestra
mente, nuestra parte emotiva, nuestra voluntad, y nuestros pen-
samientos y consideraciones. Cada célula de nuestro ser debe ser
ocupada por la palabra de Cristo.
El deseo de Dios es que vivamos a Cristo en cada momento y que
no demos cabida alguna a la cultura ni a la filosofía. Nuestra única
práctica debe ser la persona viviente de Cristo. En segundo lugar,
debemos desechar nuestras normas culturales. Nuestra norma
no debe ser ninguna especie de cultura; más bien, debe ser la paz de
Cristo,quemoraennosotros.Entercerlugar,debemospermitirquela
palabra de Cristo llene todo nuestro ser. Debemos permitir que todo
nuestro ser sea empapado y saturado de la palabra de Cristo. Si hace-
mos estas tres cosas,espontáneamente experimentaremos a Cristo.Y
no sólo tendremos una revelación elevada de Cristo, sino que también
lo experimentaremos de una manera práctica en nuestra vida diaria.
(Estudio-vida de Colosenses, págs. 255-256, 282)
Lectura adicional: Estudio-vida de Colosenses, mensajes 32-33,
36-37, 39, 41
Iluminación e inspiración:
49 SEMANA 3 — DÍA 4
DÍA 5 Lectura para hoy
Todos debemos admitir que muchas veces la palabra del Señor
ha venido a nosotros, pero no le hemos dado suficiente cabida en
nuestro ser. Al contrario, la limitamos y la restringimos. Otras
veces sí recibimos la palabra de Dios, pero no le damos la libertad
de hacer su hogar en nosotros. Permítame hacerle la siguiente
pregunta: en su experiencia, ¿qué es lo que ocupa el primer lugar:
la palabra de Dios o usted? No creo que nadie pueda decir que le
da siempre el primer lugar a la palabra de Dios. Tal vez en ocasio-
nes le demos la preeminencia a la palabra de Cristo y permitamos
que ella ocupe el primer lugar. No obstante, la mayoría de las
veces somos nosotros quienes ocupamos el primer lugar. De una
manera secreta reservamos el primer lugar para nuestro yo.
Tratamos de dar a otros la impresión de que el primer lugar lo
reservamos para la palabra de Dios, pero secretamente lo reserva-
mos para nosotros.
Muchos de nosotros sabemos por experiencia lo difícil que es
concederle el primer lugar a la palabra de Dios. Es por eso que
SEMANA 3 — DÍA 5 50
Alimento matutino
Jn.
6:63
El Espíritu es el que da vida; la carne para nada apro-
vecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu
y son vida.
Col.
3:16-17
La palabra de Cristo more ricamente en vosotros … Y
todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo
todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a
Dios Padre por medio de Él.
Para que un lugar determinado se convierta en nuestro hogar,
debemos sentirnos con libertad de hacerle todos los cambios que con-
sideremos necesarios. Si queremos conservar algo en particular,
podemos hacerlo; pero si queremos echar algo a la basura, debemos
tener la misma libertad de hacerlo. Si no tenemos esta libertad, no
podremos hacer de ese lugar nuestro hogar. Asimismo, si queremos
que la palabra de Cristo haga su hogar en nosotros, debemos conce-
derle la plena libertad y derecho para actuar en nosotros. Debemos
orar: “Señor, te ofrezco todo mi ser a Ti y a Tu palabra. Te doy acceso
a cada parte de mi ser. Señor, haz de mi ser un hogar donde puedas
morarTúyTupalabra”.(Estudio-vidadeColosenses,págs.604-605)
necesitamos la gracia del Señor. Debemos volvernos al Señor y
decirle: “Señor, yo no puedo hacer esto, pero Tú sí puedes. Confío
en Ti con respecto a este asunto”. (Estudio-vida de Colosenses,
pág. 605)
En Colosenses 3:17 Pablo continúa diciendo: “Y todo lo que
hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él”. Éste
es el resultado de permitir que la palabra de Cristo habite en
nosotros. Hacer todas las cosas en el nombre del Señor Jesús está
relacionado con permitir que la palabra de Cristo nos sature
y empape. La palabra de Cristo es, de hecho, la corporificación de
Cristo. Por lo tanto, cuando la palabra como corporificación
de Cristo se mezcla con nuestro ser, interiormente llegamos a ser
uno con Cristo. Es en ese momento que espontáneamente pode-
mos hacerlo todo en el nombre del Señor. Puesto que el Señor nos
ha saturado, empapado y se ha mezclado con nosotros, y nos ha
hecho uno con Él, nosotros podemos hacerlo todo en Su nombre.
Hacerlo todo en el nombre del Señor equivale a hacerlo todo
en Él. El nombre denota la persona misma, y la persona del
Señor es el Espíritu (2 Co. 3:17a). Por lo tanto, hacer las cosas en
el nombre del Señor es actuar en el Espíritu.
En el pasado, muchos de nosotros no ejercitamos todo nuestro
ser cuando acudimos a la Palabra. Muchas veces usamos única-
mente nuestra mente para estudiar la Biblia; ni siquiera ejerci-
tamos adecuadamente nuestra parte emotiva para amar la
Palabra, ni ejercitamos nuestra voluntad con firmeza para reci-
bir la Palabra. No obstante, si ejercitamos todo nuestro ser para
recibir la Palabra, a la postre seremos llenos, ocupados y satura-
dos de la Palabra viva. Debido a que la Palabra es la corporifica-
ción del Espíritu y debido a que el Espíritu es la realidad de
Cristo, automáticamente seremos llenos de Cristo. De este modo,
todo lo que hagamos o digamos será hecho o dicho en el nombre
de Cristo. Eso es lo que significa vivir a Cristo. Vivimos a Cristo
automáticamente cuando somos saturados de la palabra de
Cristo por medio del Espíritu. (The Conclusion of the New Testa-
ment, págs. 1689-1690)
Lectura adicional: Estudio-vida de Colosenses, mensajes 45,
49-50, 64
Iluminación e inspiración:
51 SEMANA 3 — DÍA 5
DÍA 6 Lectura para hoy
Si experimentamos tal salvación diaria, resplandeceremos
como luminares en el mundo, enarbolando la palabra de vida (Fil.
2:15-16). Nuestro vivir enarbola o presenta ante las personas la
palabra de vida. Por una parte, predicamos y enseñamos la pala-
bra de vida; por otra, presentamos la viviente palabra de vida al
nosotros vivir a Cristo. Cuando vivimos a Cristo, resplandecemos.
Resplandecemos como las luces de Cristo, y dicho resplandor pre-
senta la palabra de vida a los demás. (The Secret of Experiencing
Christ, pág. 75)
Los luminares [Fil. 2:15] … reflejan la luz del sol. El hecho de
resplandecer como luminares alude a nuestra capacidad de fun-
cionar. ¡Alabado sea el Señor porque podemos resplandecer! No
somos solamente hijos de Dios, sino también luminares que tie-
nen la capacidad celestial de reflejar a Cristo, quien es el verda-
dero sol.
Todos los seres vivos poseen una función particular. Por ejem-
plo, la función de un manzano es producir manzanas; asimismo,
nuestra función como luminares que poseen la vida y la natura-
leza divinas, consiste en resplandecer. Como hijos de Dios que
poseen la vida divina, nuestra función es resplandecer. En
SEMANA 3 — DÍA 6 52
Alimento matutino
Fil.
2:15-16
Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de
Dios sin mancha en medio de una generación torcida
y perversa, en medio de la cual resplandecéis como
luminares en el mundo; enarbolando la palabra de
vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme
de que no he corrido en vano, ni en vano he
trabajado.
Si nos llenamos de las riquezas de la Palabra viviente día tras
día, espontáneamente enarbolaremos la palabra de vida. Es decir,
que presentaremos y ofreceremos la palabra de vida a los demás.
Esto es magnificar a Cristo y vivirlo, ya que Él mismo es la Pala-
bra viviente, la palabra de vida. Por esta razón, cuando estamos
llenos de la palabra de vida, manifestamos a Cristo y lo magnifica-
mos. Ésta es la manera de vivir a Cristo. (Estudio-vida de Filipen-
ses, págs. 412-413)
nuestro vivir diario, deberíamos resplandecer, en lugar de vivir
regidos por ciertas normas.
Ciertamente somos luminares, pero no tenemos luz propia;
simplemente reflejamos la luz que proviene de otra fuente.
Cristo es esta luz, el sol verdadero, y nosotros lo reflejamos al
enarbolar la palabra de vida. Por consiguiente, la luz que irradia-
mos es en realidad el reflejo de Cristo, quien es la verdadera
fuente de nuestra luz.
Cuando enarbolamos la palabra de vida, resplandecemos.
Conforme a Colosenses 3:16, debemos permitir que la palabra
de Cristo more, habite, ricamente en nosotros. Cuando esto
sucede, obtenemos la palabra de vida, la cual nos permite resplan-
decer. Lo primero que se requiere para enarbolar la palabra de
vida, es poseer la vida divina. Puesto que esta vida nos abastece y
nos infunde energía, podemos resplandecer como luminares.
Cuanto más seamos nutridos con la palabra de vida, y cuanto más
la digiramos y asimilemos, más se acumulará ésta en nuestro
ser. Entonces resplandeceremos espontáneamente con la misma
palabra de vida que hemos ingerido. Dicho resplandor será la
manera misma en la que enarbolamos y presentamos la maravi-
llosa palabra de vida a los demás. De este modo, los que tengan
contacto con nosotros recibirán ayuda de nuestra parte. Si diaria-
mente digerimos a Cristo como la palabra de vida y acumulamos
las riquezas de la Palabra de una manera subjetiva y orgánica,
siempre tendremos algo viviente y orgánico para compartir con los
demás. Ésta es la manera adecuada de predicar el evangelio y de
proclamar la verdad. Asimismo, ésta es la manera de magnificar a
Cristo y de vivirlo a Él.
Espero que todos oremos-leamos y cantemos la Palabra ejer-
citando nuestro espíritu, y que seamos liberados de toda ata-
dura, en lo que a la Palabra y al Espíritu se refiere … Entonces
nuestro ser será inundado de las riquezas de Cristo, y, de manera
espontánea, inconsciente e involuntaria, llevaremos una vida
que expresa a Cristo y enarbola la palabra de vida. Lo que el
Señor necesita en Su recobro hoy no es un grupo de personas reli-
giosas, sino un grupo de personas que vivan a Cristo y resplan-
dezcan como luminares en el mundo, al enarbolar la palabra de
vida. (Estudio-vida de Filipenses, págs. 414-415)
Lectura adicional: Estudio-vida de Filipenses, mensajes 45-46; The
Secret of Experiencing Christ, cap. 11
Iluminación e inspiración:
53 SEMANA 3 — DÍA 6
HIMNO Hymns, #1219
(Traducción provisional)
1 ¡Cuán glorioso_es el cambio forjado en mi ser!
Diciendo_a Su Palabra,_Amén.
Cristo entra_al instante con Su gran poder,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
Hoy transforma, Señor, todo mi corazón,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
2 Lo que no pude yo, Dios lo puede hacer,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
Y el cambio_es tan re~al todos lo pueden ver,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
3 He cesado_el vagar y del camino_errar,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
Y mis viejas costumbres perdiéndose van,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
4 El secreto de fe_en el Señor puedo ver,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
Lo más re~al y precioso de todo es Él,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
5 Hoy por todos los santos abunda mi_amor,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
Y más compenetrado con ellos estoy,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
6 Crece_en mí la_esperanza que vuelva_el Señor,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
Listo_estoy para ver a mi buen Salvador,
Diciendo_a la Palabra,_Amén.
Digo_a Tu Palabra_Amén.
Digo_a Tu Palabra_Amén.
¡Tú vendras otra vez y yo digo, “Amén”!
Digo_a Tu Palabra_Amén.
SEMANA 3 — HIMNO 54
PROFECÍA
Redacción de una profecía con un tema central e
ideas secundarias:
55 SEMANA 3 — PROFECÍA

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  • 1. BOSQUEJO La palabra de Cristo more ricamente en nosotros Lectura bíblica: Col. 3:16-17; Fil. 2:15-16 I. La palabra de Cristo es la palabra hablada por Cristo (Col. 3:16): A. Dios, en Su economía neotestamentaria, habla en el Hijo (He. 1:2; Jn. 1:1, 14, 18): 1. El Hijo no solamente habla por Sí mismo en los Evangelios, sino también mediante Sus miem- bros —los apóstoles y profetas— en el libro de Hechos, en las Epístolas y en Apocalipsis (Mt. 17:5; Hch. 4:20; 5:20; 6:7; Col. 1:25; Ap. 1:2, 9). 2. Todas estas maneras de hablar pueden conside- rarse la palabra de Cristo; por lo tanto, la pala- bra de Cristo abarca todo el Nuevo Testamento (Col. 3:16). B. En Colosenses la palabra tiene como fin revelar a Cristo en Su preeminencia, centralidad y universa- lidad (1:18; 2:9; 3:11): 1. Colosenses gira en torno a Cristo como nues- tra Cabeza y nuestra vida, y la preocupación de Pablo en Colosenses es que Cristo sea revelado hasta el pleno conocimiento; para ello, necesita- moslapalabradeCristo(1:9-10,18;2:19;3:4,10). 2. Es por medio de Su palabra que Cristo ejerce Su autoridad como cabeza y nos suministra Sus riquezas; por lo tanto, se da énfasis en este libro a la palabra de Cristo (Ef. 3:8; Col. 3:16). II. La palabra de Cristo es, de hecho, la persona de Cristo (v. 16; Jn. 15:4, 7): A. Pablo prácticamente personifica la palabra de Cristo; él nos dice que la palabra more en noso- tros como si se tratara de una persona viva (Col. 3:16; cfr. Ef. 3:17). B. Primeramente tenemos a Cristo como nuestra vida, y luego tenemos Su palabra viva personificada como Su persona que mora en nosotros (Col. 3:4, 16). C. Puesto que la palabra de Cristo puede morar en SEMANA 3 — BOSQUEJO 38 Día 1 Día 2 nosotros, ésta debe de ser una persona viva; por lo tanto, permitir que la palabra de Cristo more en nosotros indica que nosotros le permitimos a una persona viva, a Cristo mismo, morar en nosotros (v. 16; 1:27). D. Si hemos de permitir que Cristo haga Su hogar en nuestros corazones, debemos ser llenos de la pala- bra de Cristo (Ef. 3:17; Jn. 14:23): 1. El hecho de que la palabra del Señor more en nosotros significa que el Señor mismo es quien mora en nosotros (15:4, 7). 2. Si Cristo ha de morar en nosotros de manera práctica, Sus palabras deben morar en nosotros; no podemos experimentar el hecho de que Cristo está en nosotros a menos que también tengamos Sus palabras en nosotros (Col. 1:27; 3:16; Ef. 3:17; Jn. 14:23; 15:4, 7). III. Debemos permitir que la palabra de Cristo more ricamente en nosotros (Col. 3:16): A. La palabra griega traducida “more” literalmente significa esté en casa, habite: 1. Esto indica que debemos permitir que la palabra de Cristo more en nosotros, que habite en noso- tros y haga su hogar en nosotros (v. 16). 2. La palabra del Señor debe tener suficiente lugar dentro de nosotros para poder operar y minis- trarlasriquezasde Cristo a nuestro serinterior. B. La palabra de Cristo debe morar ricamente en noso- tros (v. 16): 1. Las riquezas de Cristo están en Su palabra, y cuando esta palabra tan rica habita en nosotros, debe habitar ricamente en nosotros (Ef. 3:8). 2. El hecho de que la palabra de Cristo more rica- mente en nosotros significa que habita en noso- tros, reside en nosotros, de una manera rica (Col. 3:16): a. El comer es un buen ejemplo de esto; cuando ingerimos alimentos nutritivos y los asimila- mos, éstos moran ricamente en nosotros (Jn. 6:57b). b. Igualmente, el hecho de que la palabra de Cristo more ricamente en nosotros significa 39 SEMANA 3 — BOSQUEJO Día 3
  • 2. que ésta habita en nosotros en el sentido de que nos alimenta y nos suministra sus riquezas (Mt. 4:4). C. La palabra de Cristo debe poder actuar libremente en nosotros; la palabra de Cristo debe tener la liber- tad de operar en nosotros, de habitar en nosotros y de hacer su hogar en nosotros (Col. 3:16). D. En lugar de nuestra cultura, opiniones, conceptos, pensamientos y puntos de vista, debemos tener la palabra de Cristo (Mt. 7:24; 16:23-24; 24:35): 1. Es posible que no permitamos que la palabra de Cristo more en nosotros ni permitamos que ella viva, se mueva ni actúe en nosotros; como resul- tado, lo que prevalece en nuestro ser es nuestra cultura o filosofía, no la palabra de Cristo (Jn. 8:37, 47). 2. Es crucial que permitamos que la palabra de Cristo entre en nosotros, more en nosotros y reemplace nuestra cultura, conceptos, opiniones y filosofía (Col. 1:5; 2:8; 3:16). E. En el aspecto negativo, debemos desechar nuestras normas culturales y, en el aspecto positivo, debemos ser llenos de la palabra de Cristo; esto significa que debemos permitir que la palabra de Cristo llene nuestra mente, parte emotiva y voluntad, y que todo nuestro ser sea empapado y saturado de la palabra de Cristo (vs. 10-11, 16). IV. Permitir que la palabra de Cristo more rica- mente en nosotros está relacionado con el hecho de hacerlo todo en el nombre del Señor Jesús (vs. 16-17): A. La palabra de Cristo es, de hecho, la corporificación de Cristo con todas Sus riquezas; por lo tanto, ser saturados de la palabra es permitir que las riquezas de Cristo se infundan en nuestro ser y nos empapen (Ef. 3:8, 17). B. Mientras la palabra de Cristo hace su hogar en nosotros, el Señor nos hace uno con Él, y espontá- neamente nosotros podemos hacerlo todo en el nom- bre del Señor (Col. 3:16-17): SEMANA 3 — BOSQUEJO 40 Día 4 Día 5 1. Si ejercitamos todo nuestro ser en recibir la palabra, con el tiempo seremos llenos, ocupados y saturados de la palabra viva. 2. Debido a que la palabra es la corporificación del Espíritu y debido a que el Espíritu es la realidad de Cristo, automáticamente seremos llenos de Cristo y lo haremos todo en el nombre del Señor Jesús (Jn. 6:63; 14:16-18; Col. 3:17). V. Si permitimos que la palabra de Cristo more ricamente en nosotros, resplandeceremos como luminares en el mundo, enarbolando la palabra de vida (Fil. 2:15-16): A. A medida que somos llenos de la palabra de vida, manifestamos a Cristo y lo magnificamos; es de esta manera que vivimos a Cristo, quien es precisamente la palabra de vida con la cual resplandecemos (1:20-21a; 2:15-16). B. Cuanto más permitamos que la palabra de Cristo more ricamente en nosotros, más acumularemos la palabra en nosotros; de este modo, espontánea- mente resplandeceremos con la palabra de vida que hemos recibido en nuestro ser (Col. 3:16; Fil. 2:15-16): 1. Este resplandor a su vez nos capacitará para enarbolar, presentar, la palabra de vida a los demás (v. 16; Mt. 5:14-16). 2. Ésta es la manera apropiada de predicar el evangelio y proclamar la verdad (Col. 1:5-6, 23; Jn. 1:1, 14; 8:12, 32; 18:37). 41 SEMANA 3 — BOSQUEJO Día 6
  • 3. DÍA 1 Lectura para hoy Día a día, al acudir a la Palabra escrita, debemos sentir que la palabra de Cristo, esta palabra viviente y personificada, está espe- rándonos y anhelando morar ricamente en nosotros. Siempre que acudamos a la Palabra escrita, debemos tener la certeza en nuestro ser de que estamos contactando al Señor mismo como la Palabra viva. Por lo tanto, cuando recibamos la palabra de Cristo, o sea, a Cristo mismo, debemos darle completa libertad de hacer su hogar ennosotros.Debemosorar,diciendo:“Señor,te ofrezco todo misera Ti y a Tu palabra. Te doy acceso a cada parte de mi ser interior. Señor,hazquemiserinteriorseaunhogarparaTiyTupalabra”. Efesios 5:18 nos exhorta a que seamos llenos en el espíritu medianteelDiosTriuno;yColosenses3:16nosdicequelapalabrade Cristo more ricamente en nosotros. El tema de Colosenses gira en torno a Cristo como nuestra Cabeza y nuestra vida. Cristo ejerce Su autoridad como cabeza y nos suministra Sus riquezas por medio de Su palabra. De ahí que en Colosenses se haga hincapié en la palabra de Cristo. Efesios, por su parte, trata acerca de la iglesia como el Cuerpo de Cristo. La manera en que nosotros podemos llevar una SEMANA 3 — DÍA 1 42 Alimento matutino Col. 1:18 Y Él es la Cabeza del Cuerpo que es la iglesia; Él es el principio, el Primogénito de entre los muertos, para que en todo Él tenga la preeminencia. 3:16 La palabra de Cristo more ricamente en vosotros en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos unos a otros con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando con gracia en vuestros corazones a Dios. No sólo necesitamos ser llenos en el espíritu mediante el Dios Triunoprocesado,sinoqueademásdeestonecesitamosquelapala- bra de Cristo more ricamente en nosotros. En Colosenses 3:16 Pablo dice: “La palabra de Cristo more ricamente en vosotros”. La palabra de Cristo denota las palabras habladas por Cristo. Dios, en Su economía neotestamentaria, habla en el Hijo, y el Hijo habla no solamente en los Evangelios, sino también por medio de Sus miem- bros, los apóstoles y profetas, en Hechos hasta Apocalipsis. Todos estos libros pueden ser considerados Su palabra. La palabra de Cristo incluye todo el Nuevo Testamento. Necesitamos ser llenos de esta palabra. (Truth Lessons—Level Three, t. 3, pág. 116) vida normal de iglesia consiste en ser llenos en nuestro espíritu hastalamedidadetodalaplenituddeDios.Deahíqueserecalqueel Espíritu. En Efesios se hace hincapié en el Espíritu Santo y en nues- tro espíritu una y otra vez; incluso la palabra es considerada el Espí- ritu (6:17). Sin embargo, en Colosenses el Espíritu se menciona solamente unavez(1:8) y el espírituhumano se mencionasolamente una vez (2:5). En Efesios vemos que la palabra tiene como fin lavar- nos de nuestra vida natural y pelear en contra del enemigo (5:26; 6:17); mientras que en Colosenses vemos que la palabra tiene como fin revelar a Cristo en Su preeminencia, centralidad y universalidad (1:25-27). Esta palabra, al igual que el Espíritu, anhela morar en nosotros, ocuparnos y llenarnos, pero para ello es menester que per- mitamos que la palabra more ricamente en nosotros. Disfrutamos la impartición de la Trinidad Divina al ser llenos en nuestro espíritumediante el DiosTriuno procesado y al permitirque la palabra de Cristo more ricamente en nosotros. Efesios 5:18 dice: “Sed llenos en el espíritu”, y Colosenses 3:16 dice: “La palabra de Cristo more ricamente en vosotros”. Estos dos pasajes análogos de la Escrituranosamonestanaserllenosennuestroespíritumedianteel Dios Triuno y a permitir que la palabra de Cristo more ricamente en nosotros. Cuando somos llenos en nuestro espíritu mediante el Dios Triuno procesado y permitimos que la palabra de Cristo more ricamente en nosotros, disfrutamos de la impartición de la Trinidad Divina. (Truth Lessons—Level Three, t. 3, págs. 117, 114) DebemospermitirquelapalabradeCristohabiteennosotros.No debemosestarllenosdelastradicionesjudíasnidelafilosofíagriega, sino de la palabras de Cristo. Nosotros somos recipientes que deben contenerlaspalabrasdeCristo,ynolafilosofíanilareligión.Asíque, debemos vaciarnos de estas cosas para que la palabra de Cristo nos llene. Si permitimos que la paz de Cristo sea el árbitro en nuestro interior y si somos llenos de la palabra de Cristo, tendremos al nuevo hombre enla práctica.Todoslossantosde lasiglesiasentodo el reco- bro del Señor vivirán a Cristo en la esfera del nuevo hombre … Lo que nos interesa es Cristo como nuestra vida y como el constituyente del nuevo hombre, y no nuestro trasfondo, cultura, opinión ni juicio. Deseamos que Su pazsea el árbitro en nosotros y que Su palabra nos llene. (Estudio-vida de Colosenses, págs. 312-313) Lectura adicional: Truth Lessons—Level Three, t. 3, lección 50; The Healthy Word, caps. 3, 8 Iluminación e inspiración: 43 SEMANA 3 — DÍA 1
  • 4. DÍA 2 Lectura para hoy Primero, tenemos a Cristo como nuestra vida; luego, tenemos Su Palabra viva que, personificada, mora en nosotros como la persona de Cristo … La palabra de Cristo abarca el Nuevo Testa- mento en toda su extensión. Tenemos que ser llenos de esta pala- bra. Esto quiere decir que debemos permitir que la palabra de Cristo more en nosotros, que habite nuestro ser, que haga su hogar en nosotros. La palabra griega que aquí se tradujo “more” literalmente significa “esté en casa, habite”. La palabra del Señor tiene que hallar plena cabida en nuestro ser a fin de poder operar y ministrar las riquezas de Cristo en lo profundo de nues- tro ser. (Entrenamiento para ancianos, libro 6: Los puntos cru- ciales de la verdad contenida en las epístolas de Pablo, pág. 108) La palabra more, que aparece en Colosenses 3:16, indica que la palabra de Cristo es nada menos que una persona: Cristo mismo. Dado que la palabra puede morar en nosotros, hacer su hogar en nosotros,ésta debe seruna persona viviente.Porlo tanto,permitir que la palabra de Cristo more en nosotros significa que nosotros SEMANA 3 — DÍA 2 44 Alimento matutino Jn. 15:4 Permaneced en Mí, y Yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no per- manecéis en Mí. 7 Si permanecéis en Mí, y Mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y os será hecho. Colosenses 3:16 dice: “La palabra de Cristo more ricamente en vosotros en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos unos a otros con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando con gracia en vuestros corazones a Dios”. Pablo aquí declara que la palabra de Cristo debe morar o habitar en nosotros. Esto implica que la palabra de Cristo es viviente. Sólo algo viviente puede morar o habitar en una persona. La expresión de Pablo en este versículo indica que la palabra de Cristo se asemeja mucho a una persona viviente. Aquí, el apóstol prácticamente personifica la palabra de Cristo, al exhor- tarnos que permitamos que ésta habite en nosotros, tal como si fuera una persona. De hecho, la palabra de Cristo es la persona misma de Cristo. (Estudio-vida de Filipenses, pág. 359) permitimosque una persona viva —Cristo mismo— more en noso- tros. (Truth Lessons—Level Three, t. 3, pág. 116) Si permitimos que Cristo ocupe nuestro ser y haga Su hogar en nosotros, seremos llenos de la palabra de Cristo. En Juan 14:23 el Señor Jesús declara: “El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. Aquí podemosverlarelaciónqueexisteentrelapalabradelSeñorylapro- mesadequeelPadreyelHijovendránanosotrosparahacermorada con nosotros. Resulta difícil determinar exactamente para quién es esta morada, si es para el Padre y el Hijo o para nosotros. En reali- dad,se trata de una morada mutua.Poruna parte,el Señornoshace Su morada; por otra, Él es nuestra morada. Este hecho lo comprue- ban las palabras del Señor en Juan 15:4, que dicen: “Permaneced en Mí, y Yo en vosotros”. Esto se refiere a una acción recíproca de per- manecer el uno en el otro y de morar el uno en el otro. Sin lugar a dudas, Juan 15 es la continuación del capítulo 14. En el capítulo 14 vemos la morada mutua, y en el capítulo 15, el permanecer del uno en el otro. Ya que existe una morada tanto para el Señor como para nosotros, ahora podemos permanecer en Él y Él en nosotros. Según Juan 15:4 y 7, el hecho de que la palabra del Señor more en nosotros significa que el Señor mismo mora en nuestro ser. El versículo 4 dice: “Permaneced en Mí, y Yo en vosotros”. Luego, en el versículo 7, el Señor añade: “Si permanecéis en Mí y Mis palabras permanecen en vosotros…”. Estos versículos indican que las palabras del Señor equivalen al Señor mismo. Si Cristo ha de permanecer en nosotros de forma práctica, Sus palabras deben permanecer en nosotros. No podemos tener a Cristo en nosotros de una forma práctica si no tenemos Sus palabras. ¡Alabamos al Señor porque tenemos a Cristo, el Espíritu y la Palabra! Por ser Dios, Cristo es real; por ser el Espíritu, Él es viviente; y por ser la Palabra, Él es muy accesible. Ninguno de nosotros puede negar que, como creyentes en Cristo, tenemos el Espíritu y la Palabra. ¡Cuán maravilloso es el hecho que el Espíritu y la Palabra sean uno! Cuando somos llenos de la palabra de Cristo, automática- mente somos llenos de Sus riquezas y de la plenitud de la Deidad. (Estudio-vida de Filipenses, págs. 369-370, 371) Lectura adicional: Estudio-vida de Filipenses, mensajes 40-41; Estudio-vida de Colosenses, mensaje 29 Iluminación e inspiración: 45 SEMANA 3 — DÍA 2
  • 5. DÍA 3 Lectura para hoy Colosenses 3:16 dice: “La palabra de Cristo more ricamente en vosotros”. Deben observar que en este versículo Pablo dice: “La palabra de Cristo more … en vosotros”. Esta clase de tono indica que la palabra de Cristo está aquí esperando que le permitan entrar en ustedes. Parece que una persona está esperando aquí, esperando que le permitan entrar. Hace años cuando leí este ver- sículo, no estaba de acuerdo con esta clase de tono. ¿Por qué Pablo dice: “La palabra de Cristo more … en vosotros”? La indicación aquí es que hoy en día la palabra viviente de Cristo espera que le permitan entrar. Esta palabra está personificada como una per- sona viviente. No se dice: “La mesa more en el cuarto”. La mesa no puede morar porque está sin vida. Cualquier cosa que pueda morar en su casa debe ser una persona viviente. Una cosa sin vida no puede morar. Pablo dice: “La palabra de Cristo more … en voso- tros”, y el Nuevo Testamento nos dice que Cristo es la Pala- bra … Seguramente ésta es la Palabra orgánica, la Palabra SEMANA 3 — DÍA 3 46 Alimento matutino Ef. 3:8 A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar a los gen- tiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo. Jn. 6:57 Como me envió el Padre viviente, y Yo vivo por causa del Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por causa de Mí. Debemos permitir que la palabra de Cristo more en nosotros, habite en nosotros, haga su hogar en nosotros. La palabra griega tra- ducida “more” mencionada en Colosenses 3:16 significa esté en casa, habitar.LapalabradelSeñortienequehallarplenacabidaennuestro ser a fin de poder operar y ministrar las riquezas de Cristo en lo pro- fundo de nuestro ser. Además, la palabra de Cristo debe morar rica- menteennosotros.LasriquezasdeCristosehallanenSupalabra(Ef. 3:8).Estapalabradebehabitarennosotros.Nodebemossimplemente recibirlayluegomantenerlaconfinadaenunpequeñorincóndenues- tro ser. Al contrario, esta palabra debe tener la libertad de operar en nosotros. De este modo, la palabra podrá habitar en nosotros y hacer su hogar en nuestro ser. (Truth Lessons—Level Three, t. 3, pág. 116) viviente, la Palabra que existe como una persona viviente. Esta Palabra espera entrar en ustedes. Deben abrirse y permitirle entrar. (Las reuniones en casa: La manera única para tener el aumento y la edificación de la iglesia, págs. 65-66) ¿Qué significa que la palabra de Cristo more ricamente en nosotros? Hace muchos años, yo pensaba que esto tenía que ver con memorizar versículos de la Biblia y ser capaz de recitarlos. En aquel tiempo, pensaba que debía memorizar muchos versícu- los para que la palabra de Cristo morase ricamente en mí. Pero esto no fue lo que quiso decir Pablo en Colosenses 3:16. La declaración “la palabra de Cristo more ricamente en voso- tros” significa que la Palabra habita en nosotros, mora en nosotros, de una manera rica. Un ejemplo de esto es la comida. Después de comer, los alimentos moran ricamente en nosotros. Puesto que los alimentos contienen muchos elementos ricos y nutritivos, después de que los comemos y los asimilamos, éstos moran ricamente en nosotros. De igual manera, la frase “la palabra de Cristo more rica- mente en vosotros” significa que la Palabra nos nutre y nos imparte sus riquezas. Esto no tiene que ver con memorizar versículos; antes bien, implica que la Palabra, la cual contiene las inescruta- bles riquezas de Cristo, debe morar en nosotros de una manera que nos nutra y enriquezca. He conocido personas que se han memorizado todo el libro de Efesios, e incluso conocí a alguien que se había memorizado todo el Evangelio de Mateo. Sin embargo, el hecho de memorizar libros enteros del Nuevo Testamento no significa que la palabra de Cristo more ricamente en nosotros. Por ejemplo, es posible que ciertos alimentos que comemos no los digiera nuestro estómago apropiadamente. La indigestión indica que lo que comemos no ha sido asimilado de una manera rica. Por muy nutritivo que sea un alimento, su asimilación metabólica no es rica si sufrimos de indi- gestión después de comerlo. En dado caso, nuestro organismo no es capaz de absorber las riquezas de los alimentos. Sin embargo, si tenemos un metabolismo sano y digerimos bien los alimentos que comemos, los elementos de la comida entrarán ricamente en nues- tro cuerpo. Es así como necesitamos que la palabra de Cristo more en nosotros. (Estudio-vida de Filipenses, págs. 332-333) Lectura adicional: Estudio-vida de Filipenses, mensajes 37-38; Words of Training for the New Way, t. 2, cap. 22 Iluminación e inspiración: 47 SEMANA 3 — DÍA 3
  • 6. DÍA 4 Lectura para hoy Por un lado, [Pablo] recalca la paz de Cristo y, por otro, la palabra de Cristo. Quizás algunos de nosotros pensemos que con tal de que nuestroespírituseaviviente,todoestarábien.Talveznonoshayamos dado cuenta de que la paz de Cristo debe ser el árbitro dentro de cada uno de nosotros y que la palabra de Cristo debe hacer su hogar en nuestroscorazones.SipermitimosquelapazdeCristooperedentrode nosotros y que la palabra de Cristo more en nosotros, seremos cristia- nos apropiados. En lugar de seguir nuestras preferencias, tendremos el arbitraje de Cristo. Así, en lugar de nuestras opiniones, conceptos, pensamientos y evaluaciones, tendremos la palabra de Cristo. Algunos santos aprecian mucho la Biblia y la leen diariamente, pero en su vida diaria son sus conceptos, opiniones y filosofía los que actúan dentro de ellos, y no la palabra de Cristo. Tal vez estudien la Biblia, pero no permiten que la palabra de Cristo more en ellos…Comoresultado,loqueprevaleceensuseressufilosofía,yno la palabra de Cristo. A pesar de que leen la Biblia, la palabra de Dios permanece fuera de ellos. Es crucial que le permitamos a la palabra de Cristo entrar en nosotros,morardentro de nosotros,y reemplazar nuestros conceptos, opiniones y filosofías. Debemos orar: “Señor SEMANA 3 — DÍA 4 48 Alimento matutino Col. 2:8 Mirad que nadie os lleve cautivos por medio de su filosofía y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. 3:10-11 …Vestidodelnuevo[hombre,]…dondenohaygriego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo ni libre; sino que Cristo es el todo, y en todos. En Colosenses la palabra tiene como fin revelar a Cristo (1:25-27) en Su preeminencia, centralidad y universalidad. Hemos mencionado que Efesios recalca el Espíritu, mientras que Colosenses hace énfasis en la palabra. Efesios trata de nuestro vivir, mientras que Colosenses trata de la revelación de Cristo. En Colosenses, la preocupación de Pablo tenía que ver con la revela- ción de Cristo, la cual nos permite obtener el pleno conocimiento. Para este fin necesitamos la palabra de Cristo. (Estudio-vida de Colosenses, págs. 254-255) Jesús, yo estoy dispuesto a abandonar mis conceptos. Yo quiero que Tu palabra tenga el terreno en mí.Estoy dispuesto a renunciara mis opinionesyamifilosofía.YoquieroqueTupalabraprevalezcaenmí. No quiero que prevalezcan más mis conceptos”. No podemos separar la palabra de Cristo de Su arbitraje. El árbitro resuelve las disputas con su palabra. Debemos presen- tarle nuestro caso al árbitro y escuchar su palabra. Esto significa que debemos permitir que la paz de Cristo sea el árbitro en nues- tros corazones y que la palabra de Cristo more en nosotros. Entonces rebozaremos de cánticos y acciones de gracias. Conforme a Colosenses 3:16, cuando la palabra de Cristo more ricamente en nosotros, nos enseñaremos y exhortaremos unos a otros con salmos, himnos y cánticos espirituales, y canta- remos con gracia en nuestros corazones a Dios. El enseñar, el exhortar y el cantar están todos relacionados con el verbo morar. Esto indica que la manera en que permitimos que la palabra del Señor more ricamente en nosotros es enseñar, exhortar y cantar. Debemos enseñar y exhortar no sólo con palabras, sino también con salmos, himnos y cánticos espirituales. Por un lado, debemos desechar nuestras normas culturales, y por otro, debemos ser llenos de la palabra de Cristo. Esto signi- fica que debemos permitir que la palabra de Cristo llene nuestra mente, nuestra parte emotiva, nuestra voluntad, y nuestros pen- samientos y consideraciones. Cada célula de nuestro ser debe ser ocupada por la palabra de Cristo. El deseo de Dios es que vivamos a Cristo en cada momento y que no demos cabida alguna a la cultura ni a la filosofía. Nuestra única práctica debe ser la persona viviente de Cristo. En segundo lugar, debemos desechar nuestras normas culturales. Nuestra norma no debe ser ninguna especie de cultura; más bien, debe ser la paz de Cristo,quemoraennosotros.Entercerlugar,debemospermitirquela palabra de Cristo llene todo nuestro ser. Debemos permitir que todo nuestro ser sea empapado y saturado de la palabra de Cristo. Si hace- mos estas tres cosas,espontáneamente experimentaremos a Cristo.Y no sólo tendremos una revelación elevada de Cristo, sino que también lo experimentaremos de una manera práctica en nuestra vida diaria. (Estudio-vida de Colosenses, págs. 255-256, 282) Lectura adicional: Estudio-vida de Colosenses, mensajes 32-33, 36-37, 39, 41 Iluminación e inspiración: 49 SEMANA 3 — DÍA 4
  • 7. DÍA 5 Lectura para hoy Todos debemos admitir que muchas veces la palabra del Señor ha venido a nosotros, pero no le hemos dado suficiente cabida en nuestro ser. Al contrario, la limitamos y la restringimos. Otras veces sí recibimos la palabra de Dios, pero no le damos la libertad de hacer su hogar en nosotros. Permítame hacerle la siguiente pregunta: en su experiencia, ¿qué es lo que ocupa el primer lugar: la palabra de Dios o usted? No creo que nadie pueda decir que le da siempre el primer lugar a la palabra de Dios. Tal vez en ocasio- nes le demos la preeminencia a la palabra de Cristo y permitamos que ella ocupe el primer lugar. No obstante, la mayoría de las veces somos nosotros quienes ocupamos el primer lugar. De una manera secreta reservamos el primer lugar para nuestro yo. Tratamos de dar a otros la impresión de que el primer lugar lo reservamos para la palabra de Dios, pero secretamente lo reserva- mos para nosotros. Muchos de nosotros sabemos por experiencia lo difícil que es concederle el primer lugar a la palabra de Dios. Es por eso que SEMANA 3 — DÍA 5 50 Alimento matutino Jn. 6:63 El Espíritu es el que da vida; la carne para nada apro- vecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida. Col. 3:16-17 La palabra de Cristo more ricamente en vosotros … Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él. Para que un lugar determinado se convierta en nuestro hogar, debemos sentirnos con libertad de hacerle todos los cambios que con- sideremos necesarios. Si queremos conservar algo en particular, podemos hacerlo; pero si queremos echar algo a la basura, debemos tener la misma libertad de hacerlo. Si no tenemos esta libertad, no podremos hacer de ese lugar nuestro hogar. Asimismo, si queremos que la palabra de Cristo haga su hogar en nosotros, debemos conce- derle la plena libertad y derecho para actuar en nosotros. Debemos orar: “Señor, te ofrezco todo mi ser a Ti y a Tu palabra. Te doy acceso a cada parte de mi ser. Señor, haz de mi ser un hogar donde puedas morarTúyTupalabra”.(Estudio-vidadeColosenses,págs.604-605) necesitamos la gracia del Señor. Debemos volvernos al Señor y decirle: “Señor, yo no puedo hacer esto, pero Tú sí puedes. Confío en Ti con respecto a este asunto”. (Estudio-vida de Colosenses, pág. 605) En Colosenses 3:17 Pablo continúa diciendo: “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él”. Éste es el resultado de permitir que la palabra de Cristo habite en nosotros. Hacer todas las cosas en el nombre del Señor Jesús está relacionado con permitir que la palabra de Cristo nos sature y empape. La palabra de Cristo es, de hecho, la corporificación de Cristo. Por lo tanto, cuando la palabra como corporificación de Cristo se mezcla con nuestro ser, interiormente llegamos a ser uno con Cristo. Es en ese momento que espontáneamente pode- mos hacerlo todo en el nombre del Señor. Puesto que el Señor nos ha saturado, empapado y se ha mezclado con nosotros, y nos ha hecho uno con Él, nosotros podemos hacerlo todo en Su nombre. Hacerlo todo en el nombre del Señor equivale a hacerlo todo en Él. El nombre denota la persona misma, y la persona del Señor es el Espíritu (2 Co. 3:17a). Por lo tanto, hacer las cosas en el nombre del Señor es actuar en el Espíritu. En el pasado, muchos de nosotros no ejercitamos todo nuestro ser cuando acudimos a la Palabra. Muchas veces usamos única- mente nuestra mente para estudiar la Biblia; ni siquiera ejerci- tamos adecuadamente nuestra parte emotiva para amar la Palabra, ni ejercitamos nuestra voluntad con firmeza para reci- bir la Palabra. No obstante, si ejercitamos todo nuestro ser para recibir la Palabra, a la postre seremos llenos, ocupados y satura- dos de la Palabra viva. Debido a que la Palabra es la corporifica- ción del Espíritu y debido a que el Espíritu es la realidad de Cristo, automáticamente seremos llenos de Cristo. De este modo, todo lo que hagamos o digamos será hecho o dicho en el nombre de Cristo. Eso es lo que significa vivir a Cristo. Vivimos a Cristo automáticamente cuando somos saturados de la palabra de Cristo por medio del Espíritu. (The Conclusion of the New Testa- ment, págs. 1689-1690) Lectura adicional: Estudio-vida de Colosenses, mensajes 45, 49-50, 64 Iluminación e inspiración: 51 SEMANA 3 — DÍA 5
  • 8. DÍA 6 Lectura para hoy Si experimentamos tal salvación diaria, resplandeceremos como luminares en el mundo, enarbolando la palabra de vida (Fil. 2:15-16). Nuestro vivir enarbola o presenta ante las personas la palabra de vida. Por una parte, predicamos y enseñamos la pala- bra de vida; por otra, presentamos la viviente palabra de vida al nosotros vivir a Cristo. Cuando vivimos a Cristo, resplandecemos. Resplandecemos como las luces de Cristo, y dicho resplandor pre- senta la palabra de vida a los demás. (The Secret of Experiencing Christ, pág. 75) Los luminares [Fil. 2:15] … reflejan la luz del sol. El hecho de resplandecer como luminares alude a nuestra capacidad de fun- cionar. ¡Alabado sea el Señor porque podemos resplandecer! No somos solamente hijos de Dios, sino también luminares que tie- nen la capacidad celestial de reflejar a Cristo, quien es el verda- dero sol. Todos los seres vivos poseen una función particular. Por ejem- plo, la función de un manzano es producir manzanas; asimismo, nuestra función como luminares que poseen la vida y la natura- leza divinas, consiste en resplandecer. Como hijos de Dios que poseen la vida divina, nuestra función es resplandecer. En SEMANA 3 — DÍA 6 52 Alimento matutino Fil. 2:15-16 Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; enarbolando la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. Si nos llenamos de las riquezas de la Palabra viviente día tras día, espontáneamente enarbolaremos la palabra de vida. Es decir, que presentaremos y ofreceremos la palabra de vida a los demás. Esto es magnificar a Cristo y vivirlo, ya que Él mismo es la Pala- bra viviente, la palabra de vida. Por esta razón, cuando estamos llenos de la palabra de vida, manifestamos a Cristo y lo magnifica- mos. Ésta es la manera de vivir a Cristo. (Estudio-vida de Filipen- ses, págs. 412-413) nuestro vivir diario, deberíamos resplandecer, en lugar de vivir regidos por ciertas normas. Ciertamente somos luminares, pero no tenemos luz propia; simplemente reflejamos la luz que proviene de otra fuente. Cristo es esta luz, el sol verdadero, y nosotros lo reflejamos al enarbolar la palabra de vida. Por consiguiente, la luz que irradia- mos es en realidad el reflejo de Cristo, quien es la verdadera fuente de nuestra luz. Cuando enarbolamos la palabra de vida, resplandecemos. Conforme a Colosenses 3:16, debemos permitir que la palabra de Cristo more, habite, ricamente en nosotros. Cuando esto sucede, obtenemos la palabra de vida, la cual nos permite resplan- decer. Lo primero que se requiere para enarbolar la palabra de vida, es poseer la vida divina. Puesto que esta vida nos abastece y nos infunde energía, podemos resplandecer como luminares. Cuanto más seamos nutridos con la palabra de vida, y cuanto más la digiramos y asimilemos, más se acumulará ésta en nuestro ser. Entonces resplandeceremos espontáneamente con la misma palabra de vida que hemos ingerido. Dicho resplandor será la manera misma en la que enarbolamos y presentamos la maravi- llosa palabra de vida a los demás. De este modo, los que tengan contacto con nosotros recibirán ayuda de nuestra parte. Si diaria- mente digerimos a Cristo como la palabra de vida y acumulamos las riquezas de la Palabra de una manera subjetiva y orgánica, siempre tendremos algo viviente y orgánico para compartir con los demás. Ésta es la manera adecuada de predicar el evangelio y de proclamar la verdad. Asimismo, ésta es la manera de magnificar a Cristo y de vivirlo a Él. Espero que todos oremos-leamos y cantemos la Palabra ejer- citando nuestro espíritu, y que seamos liberados de toda ata- dura, en lo que a la Palabra y al Espíritu se refiere … Entonces nuestro ser será inundado de las riquezas de Cristo, y, de manera espontánea, inconsciente e involuntaria, llevaremos una vida que expresa a Cristo y enarbola la palabra de vida. Lo que el Señor necesita en Su recobro hoy no es un grupo de personas reli- giosas, sino un grupo de personas que vivan a Cristo y resplan- dezcan como luminares en el mundo, al enarbolar la palabra de vida. (Estudio-vida de Filipenses, págs. 414-415) Lectura adicional: Estudio-vida de Filipenses, mensajes 45-46; The Secret of Experiencing Christ, cap. 11 Iluminación e inspiración: 53 SEMANA 3 — DÍA 6
  • 9. HIMNO Hymns, #1219 (Traducción provisional) 1 ¡Cuán glorioso_es el cambio forjado en mi ser! Diciendo_a Su Palabra,_Amén. Cristo entra_al instante con Su gran poder, Diciendo_a la Palabra,_Amén. Diciendo_a la Palabra,_Amén. Diciendo_a la Palabra,_Amén. Hoy transforma, Señor, todo mi corazón, Diciendo_a la Palabra,_Amén. 2 Lo que no pude yo, Dios lo puede hacer, Diciendo_a la Palabra,_Amén. Y el cambio_es tan re~al todos lo pueden ver, Diciendo_a la Palabra,_Amén. 3 He cesado_el vagar y del camino_errar, Diciendo_a la Palabra,_Amén. Y mis viejas costumbres perdiéndose van, Diciendo_a la Palabra,_Amén. 4 El secreto de fe_en el Señor puedo ver, Diciendo_a la Palabra,_Amén. Lo más re~al y precioso de todo es Él, Diciendo_a la Palabra,_Amén. 5 Hoy por todos los santos abunda mi_amor, Diciendo_a la Palabra,_Amén. Y más compenetrado con ellos estoy, Diciendo_a la Palabra,_Amén. 6 Crece_en mí la_esperanza que vuelva_el Señor, Diciendo_a la Palabra,_Amén. Listo_estoy para ver a mi buen Salvador, Diciendo_a la Palabra,_Amén. Digo_a Tu Palabra_Amén. Digo_a Tu Palabra_Amén. ¡Tú vendras otra vez y yo digo, “Amén”! Digo_a Tu Palabra_Amén. SEMANA 3 — HIMNO 54 PROFECÍA Redacción de una profecía con un tema central e ideas secundarias: 55 SEMANA 3 — PROFECÍA