1. Cuando Cervantes cierra el telón
Los últimos capítulos de don Quijote representaron, la parte más triste y emotiva de la obra;
ver a Sancho convertirse en un gobernador sabio y justo, presenciar y ver crecer la amistad
entre caballero y escudero a lo largo de la novela y conocer por otro lado la muerte de don
Quijote, para darle paso a Alonso Quijano (personaje hasta entonces desconocido por
nosotros), fue toda una experiencia el hecho de sentir las injusticias, la vuelta al mundo real,
el afán del Bachiller Sansón Carrasco que por devolver a don Quijote a su estado natural,
venció al más valeroso caballero y con él su magia y las aventuras que nunca me hubiera
cansado de leer.
Por otro lado, no hay que dejar a un lado el mensaje y la crítica medieval que representa la
base primera de la obra, Cervantes, logró su objetivo. Esta obra maestra dejaba al descubierto
las ideas del autor en cuanto al estado de España, para ese tiempo atrasada y sumida en un
modelo político, social y económico arcaico en el contexto europeo, es importante tomar en
cuenta que todo tiene su ciclo, las cosas surgen, se desarrollan y acaban, lo mismo ocurrió con
don Quijote, los hechos son implacables, Cervantes toma, la más triste decisión de su vida, don
Quijote muere más no sus ideas, muere por ser la viva esencia del Medievo, claro,
personificando sólo las cosas buenas: el trato hacia las personas, las aventuras caballerescas,
pero no el dogmatismo riguroso de aquella época, pues don Quijote aunque medieval poseía
su noción de justicia y respeto.
Don Quijote caballero enamorado, fiel, imprudente y valiente. Caballero de las triste figura, de
los leones, murió, pero hoy en día podemos ver en algunas esquinas el asomo de algún quijote,
desesperado al ver la crisis, el terrible atraso y la falta de respeto hacia la vida, talvez sólo
debemos ver con más detenimiento y rescatar lo que nuestras sociedades han perdido,
veamos nuevamente los molinos aunque Cervantes cierre el telón, no dejemos a nuestro don
Quijote solo.