El documento resume la destrucción del Templo de Jerusalén por parte de los caldeos y la deportación de los judíos a Babilonia como castigo por haberse alejado de Dios y desobedecido sus mandamientos. También describe cómo Ciro, rey de Persia, permitió a los judíos regresar a su tierra y reconstruir el Templo, cumpliendo así las palabras de Dios a través del profeta Jeremías.