El robot oxidado se lamentaba en un campo de chatarra hasta que la resistencia y la energía lo encontraron. Los tres idearon un plan para reparar al robot y volver a ser útiles. Viajaron a una chatarrería donde un amigo llamado el resplandor los ayudó a restaurar al robot. Luego de meses de trabajo, el robot pudo moverse de nuevo y dar alegría a los niños en un parque de juegos. Finalmente, el robot, la resistencia y la energía encontraron un nuevo propósito dando felicidad a las personas en el parque.