Este documento discute cómo los roles de género son socialmente construidos en lugar de biológicos. Señala que las niñas y los niños son educados desde una edad temprana para que se comporten de ciertas maneras según su sexo asignado, como usar rosa para las niñas y azul para los niños. Más adelante, argumenta que factores como la ropa, los intereses y las actividades que se les enseña no están determinados biológicamente, sino que son convenciones sociales impuestas.