El presidente visitó el mercado público como parte de su promesa de mantenerse en contacto con el pueblo. Sin embargo, durante la visita, su reloj de oro fue robado por un muchacho que pasaba corriendo. El presidente gritó para alertar a la multitud sobre el robo y pedir que atraparan al ladrón, lo que resultó en que la muchedumbre se abalanzara violentamente contra el ladrón, dejando solo un par de zapatos ensangrentados.