El sacerdote estaba dando un discurso en una cena de despedida por sus 25 años de servicio en una parroquia. Contó que su primera impresión fue negativa después de escuchar la confesión de un hombre que admitió varios crímenes y pecados graves. Sin embargo, con el tiempo descubrió que la mayoría de la gente de la parroquia tenía valores y era responsable. Justo entonces llegó tarde el político invitado, quien pidió disculpas y dijo que él había sido la primera persona en confesarse con el sacerdote cuando recién llegó.