D-EC-31082013 - Somos - TRAS EL RASTRO DE LA MALARIA - pag 42
1. 31 de agosto del 2013 ACTUALIDAD42
La única vez que le dio falcipa-
rum, hace 12 años, se demora-
ron cuatro días en diagnosticar-
lo y llegó inconsciente al puerto
de Nanay. En ese entonces, él y
su esposa, Clara, ya eran pro-
motores, vecinos encargados
de tomar gotas gruesas y repar-
tir tratamientos. Pero aun así,
Clara enfermó de falciparum
en su último embarazo y a la
semana de nacer, su hijo tam-
bién presentó el parásito. Se
contagió en el vientre materno
y hubo que internarlo. Hoy fe-
lizmente está sano.
En otra casa encontramos a
Nicole, de 9 años, que ha teni-
do malaria dos veces por año.
La malaria “la quiere”, según su
mamá, Gilma Pérez. Saomi, su
hija de 3 años, tiene fiebre hace
dos días, así que Roy actúa de
inmediato. En otra casa, Rís-
ter, de 9 años, tuvo falciparum
cuatro veces desde enero. Ayer
le dio fiebre otra vez. Le sacan
sangre y nos vamos porque el
papá irá a pescar en la tarde,
momento en que el anópheles
hembra sale a picar en radios
de hasta cinco kilómetros. El
hombre y el mosquito transmi-
sor conviven en lugares de difí-
cil acceso y es imposible erradi-
carlo, porque el vector siempre
es más rápido. Tiene a su favor
a una fuerza mayor: la natura-
leza, que nunca nos ha permi-
tido vencerla. Solo adaptarnos
a ella. Pero hoy, 31 de agosto,
en el Día de la Lucha contra la
Malaria, se puede recordar por
lo menos que los casos se han
reducido considerablemente.
En 1999, Loreto registraba 90
mil casos anuales; ahora, 20
mil. Por eso los biólogos no se
desaniman ante una batalla en
la que no pueden ganar, sino
solo debilitar al enemigo.
Si las muestras resultan po-
sitivas, deben volver a las co-
munidades para repartir trata-
mientos. Los glóbulos blancos
de las personas con falciparum
se almacenan en hielo seco
para que viajen a Lima y Ka-
therine pueda estudiarlos en
la UPCH. Como en Iquitos no
hay hielo seco, la bióloga debe
enviarlo desde Lima. Pero a
veces algunas aerolíneas se
niegan a transportarlo. Enton-
ces, se pierde tiempo y las cé-
lulas mueren en la selva. Si en
la Amazonía la lucha contra la
malaria se tropieza con la fal-
ta de caminos y recursos, en la
costa se detiene por el exceso
de burocracia.
AMENAZA CERCANA. El mosquito anópheles se reproduce en las riberas de los ríos, donde los pobladores suelen lavar o bañarse. La hembra
de este mosquito sale durante las tardes a buscar a sus víctimas, y su radio de acción es de hasta cincio kilómetros.
EN ALERTA. Sidaxi se lleva una mano a la cabeza. Ella, su esposo y
sus cuatro hijos tuvieron ambos tipos de malaria el mes pasado.
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