La invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939 incluyó varias batallas clave donde las fuerzas polacas resistieron heroicamente pero fueron superadas en número y equipamiento por los alemanes. Las fuerzas polacas llevaron a cabo contraataques como en Bzura que retrasaron el avance alemán, pero finalmente Varsovia y otras ciudades clave como Leópolis y Brest cayeron, forzando a las tropas polacas restantes a retirarse hacia el sureste o rendirse.