El arqueólogo peruano Walter Alva descubrió en 1987 la tumba del Señor de Sipán, uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del mundo. Este descubrimiento reveló por primera vez la majestuosidad de una figura importante de la antigua cultura Mochica en el Perú. Estudios posteriores del ADN mostraron que el Señor de Sipán murió a los 40 años y era descendiente del Viejo Señor de Sipán, cuya tumba se encontró debajo.