Después de los 30 años, la vida cambia significativamente en muchos aspectos. Algunas actividades como dormir en el sofá de un amigo o beber en exceso ya no son aceptables, mientras que otras como escuchar música en el coche al trabajo o ir a la farmacia por medicamentos se vuelven más comunes. Las prioridades también cambian, con menos tiempo dedicado a diversiones y más a responsabilidades como el trabajo y la familia.