Este documento describe tres teorías que contribuyen a la resolución de conflictos: la programación neurolingüística, la inteligencia emocional y el razonamiento jurídico. La programación neurolingüística permite controlar las emociones y se puede aplicar en grupos. El razonamiento jurídico es un proceso mental que sigue los principios del derecho para interpretar o argumentar algo en función de las leyes.