Este poema ofrece cuatro consejos sobre cómo enfrentar los desafíos de la vida. Primero, sugiere no llamar "adversidad" a las caídas y fracasos, sino "sabiduría". Luego aconseja no ver los cambios de planes como un "castigo", sino como "enseñanza". También propone no considerar la rutina diaria como tal, sino como "experiencia". Finalmente, invita a no ver el tiempo con los seres queridos como una "casualidad", sino como "amistad".