El documento habla sobre cómo afrontar los desafíos de la vida. Recomienda no llamar adversidad a las caídas y fracasos, sino sabiduría; no llamar castigo a los cambios de planes, sino enseñanza; y no llamar rutina a los días buenos y malos, sino experiencia. También sugiere ver el cuerpo y sus capacidades como un milagro divino, y no como mero poder humano. Finalmente, invita a no ver el recibir el mensaje como casualidad, sino como amistad.