La pizza estaba feliz en la pizzería hasta que un hombre la comió. La pizza describió su viaje a través del sistema digestivo humano, siendo triturada por los dientes, pasando por la faringe y el esófago, llegando al estómago donde se mezcló con ácidos gástricos, y luego pasando al intestino delgado, intestino grueso, y siendo expulsada por el ano.