Ford llega al cielo y le pregunta a Dios si pensó bien al inventar a la mujer, señalando varios problemas de diseño como que hace ruido, es cara de mantener, se estropea rápido y tiene baja autonomía. Dios consulta su supercomputadora y le responde que aunque la mujer tenga problemas, en ese momento hay más hombres interesados en ella que en el automóvil de Ford.