El autor y su familia han elegido un lugar inusual para leer: el baño. Aunque a veces causa problemas ir allí, les ha permitido cultivar el hábito de la lectura y mejorar sus habilidades de vocabulario y expresión. El autor cree que cuando sus hijos sean mayores encontrarán incómodo leer en el baño y se reirán de ello, pero por ahora les ha ayudado a crecer como lectores gracias al ejemplo de sus padres.