El documento describe la historia de una mujer llamada Marta que se enfrentó a un funcionario que no consideraba la maternidad como una profesión. Cuando Marta tuvo que describir su ocupación, dijo que era doctora en desarrollo infantil, relaciones humanas y más. Al explicar sus responsabilidades, el funcionario mostró más respeto. Al regresar a casa con sus hijos, Marta reflexionó sobre la importancia de la maternidad y otras roles femeninos.
Muchas madres tienen un gran trabajo que les lleva tiempo y gran dedicación, es hora de valorar los esfuerzos de las madres, abuelas, tías... ¡ya que el trabajo de ellas no es nada fácil!
1. U n L in d o M e n s a je
Do c t o r a s . . .
“No te preocupes por no poder dar a tus hijos lo mejor de todo...
Dales lo mejor de ti.”
( Autor desconhecido )
2. Cierto día, una mujer llamada Ana fue a renovar su
licencia de conducir.
Cuando le preguntaron cuál era su profesión, ella
dudó. No sabía bien cómo clasificarse.
El funcionario insistió: “Lo que le pregunto es si tiene
un trabajo”.
“¡Claro que tengo um trabajo!", exclamó Ana. "Soy
madre."
"Nosotros no consideramos eso un trabajo. Voy a
colocar: ama de casa", dijo el funcionario fríamente.
3. Una amiga suya, llamada Marta, supo lo ocurrido y se
quedó pensando al respecto durante algún tiempo.
Un día, ella se encontró en una situación idéntica.
La persona que la atendió era una funcionaria de
carrera, segura, eficiente.
El formulario parecía enorme, interminable.
La primera pregunta fue: “¿Cuál es su ocupación?"
Marta pensó un poco y sin saber cómo, respondió:
4. "Soy doctora en desarrollo infantil y juvenil, y en
relaciones humanas."
La funcionaria hizo una pausa, y Marta tuvo que
repetir pausadamente, enfatizando las palabras más
significativas.
Después de tener anotado todo, la joven quiso
indagar.
"Puedo preguntar, “¿qué es lo que la señora hace
exactamente?”
Sin un trazo de agitación en la voz, con mucha calma,
Marta explicó: "Desarrollo un programa a largo plazo,
dentro y fuera de casa."
5. Pensando en su familia, ella continuó:
“Soy responsable de un equipo, y ya he recibido
cuatro proyectos. Trabajo en régimen de dedicación
exclusiva. La exigencia es de 16 horas por día, a veces
hasta 24 horas.”
A medida que ella iba describiendo sus
responsabilidades, Marta notó el creciente tono de
respeto en la voz de la funcionaria.
Cuando regresó a su casa, Marta fue recibida por su
equipo: una jovencita de 14 años, otra de 7 y otra
de 3.
6. Desde una de las habitaciones de la casa, ella pudo
escuchar a su más reciente proyecto: un bebé de
seis meses, probando una nueva tonalidad de voz.
Feliz, Marta tomó al bebé en sus brazos, y pensó en
la gloria de la maternidad, con sus múltiples
responsabilidades e interminables horas de
dedicación.
"Mamá dónde está mi zapato? Mamá, me ayudas a
hacer un lazo? Mamá, el bebé no para de llorar.
Mamá, ¿me puedes buscar al finalizar el colegio?
Mamá, ¿vas a asistir mañana a mi baile? Mamá,
¿vas de compras? Mamá....”
7. Sentada en la cama, Marta pensó: “Soy la Doctora en
desarrollo infantil y juvenil, y en relaciones humanas,
¿y qué serían las abuelas?
Y luego descubrí un título para ellas: Doctoras-
Ejecutivas en desarrollo personal y en
relaciones humanas.
Y Para las bisabuelas: Doctoras Ejecutivas
Seniors.
Para las tías: Doctoras-Asistentes.
Y para todas las mujeres, madres, esposas, amigas y
compañeras: Doctoras en el arte de hacer la vida
mejor.
8. En un mundo donde se le da
tanta importancia a los títulos, y
en el que se exige siempre
mayor especialización en el área
profesional,
vuélvete una especialista
en el arte de amar.
9. Transmite este mensaje a las
mujeres, y también a los hombres,
para que puedan agradecer y
retribuir toda la dedicación que
reciben diariamente, ya sea de sus
abuelas, madres, tías, hermanas o
esposas.
10. Muéstrales que siempre existe “un
tiempito” en el cual estás
pensando en ellas....
Haz a una mujer feliz...
Hoy...
¡Y siempre!
Y principalmente...