Dos campesinos, Jacinto y María, comienzan una conversación sobre la reencarnación mientras cabalgan en una burra hacia el campo. Jacinto le explica a María que los animales que ven podrían ser sus familiares reencarnados, señalando a una vaca, un gallo y un perro. María comienza a llorar porque se siente triste ante la posibilidad de que ellos mismos hayan reencarnado en la madre de Jacinto.