Marcos y Felipe dudaban que pudieran vivir de su arte debido a los comentarios negativos de otros, pero Yuli les explicó que sí es posible gracias al derecho de autor. El derecho de autor reconoce al creador como único dueño de su obra intelectual, lo que le permite venderla, alquilarla u otorgar permisos para su uso. El derecho protege todas las creaciones literarias y artísticas durante la vida del autor y hasta 50 años después de su muerte.