Un grupo de demonios planeó esconder la felicidad de los humanos para jugarles una broma. Propusieron esconderla en la cima de una montaña, el fondo del mar o un planeta lejano, pero determinaron que eventualmente los humanos podrían encontrarla debido a su fuerza, curiosidad e inteligencia. Finalmente, uno de los demonios sugirió esconder la felicidad dentro de los propios humanos, de modo que estarían tan ocupados buscándola fuera que nunca se darían cuenta de que ya la tienen.