2. LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN Con la caída del muro de Berlín, hace hoy veinte años, comenzó una nueva era de libertad y de democracia para el mundo. El acontecimiento no sólo supuso acabar con la división de una ciudad, sino de toda Alemania y de la propia Europa. Ese día marcó el principio del fin de la guerra fría, del Pacto de Varsovia, de los regímenes comunistas del Este y la desintegración de la Unión Soviética.
3. LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN Unos cambios impulsados por el entonces presidente soviético, MihailGorbachov, que vinieron impuestos por la bancarrota del sistema de economía planificada, por el fracaso del totalitarismo y por la supremacía militar y tecnológica de Estados Unidos. Han sido veinte años intensos los transcurridos desde la caída del muro de Berlín, en los que se han colmado muchas esperanzas. El día de hoy es una fecha para reflexionar no sólo sobre los cambios que se produjeron entonces, sino también sobre el mundo que nos han deparado.
4. La CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN El fracaso del régimen comunista soviético dio lugar al establecimiento de Estados Unidos como única superpotencia y a una expansión mundial sin precedentes del capitalismo y de la desregulación de los mercados. Pero este mundo unipolar y sin regulaciones para el capital se ha mostrado también inviable.
5. LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN Las guerras de Iraq y de Afganistán, el auge del terrorismo internacional, el enorme arsenal nuclear que almacenan Estados Unidos y Rusia, y la crisis financiera, la más grave desde la Segunda Guerra Mundial, así como el surgimiento de China como nueva superpotencia, han revelado la necesidad de articular una nueva arquitectura internacional multilateral para hacer este mundo sostenible política, económica, social y medioambientalmente. Ese es el gran reto veinte años después de la caída del muro de Berlín.
6. LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN El Muro de Berlín se vino abajo ante la presión de quienes padecieron lo indecible a la sombra de su siniestra estructura, levantada en 1961. Poco después del desmoronamiento, el arte hizo su aparición. Un centenar de pintores e ilustradores de todo el mundo plasmaron su particular visión de lo ocurrido sobre 1,3 kilómetros del muro. Crearon, así, lo que desde entonces se denomina East SideGallery, prácticamente el único tramo de aquella vergonzosa estructura que queda en pie, convertido en museo al aire libre.
7. LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN A lo largo de los últimos 20 años, el conjunto de grafitos fue sufriendo la erosión del duro tiempo berlinés y la superposición de pintadas sin recibir demasiada atención. Todo ello pese a que una de sus piezas, el famoso «beso de tornillo» entre LeonidasBreznev y Erich Honecker, pintado por el ruso Dimitri Vrubel, constituye un icono imbatible. Durante meses, sin embargo, los creadores de los diseños originales han trabajado en su recreación, de forma que el East SideGalleryestará listo para el inicio de las conmemoraciones.
8. LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN El programa de celebraciones que se cierne sobre Berlín es inmenso. Tanto, que en su interior cabe una aportación, un guiño desde Villagarcía y la ría de Arousa. Dos creadores, el pintor Juan Moreno Badia , y el escultor Elías Cochón Rey , han partido ya hacia la capital germana para asistir a la inauguración de una exposición colectiva en la que participan con dos piezas cada uno.
9. LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN El título, Arte vs. Muros , es lo suficientemente elocuente. Un centenar de artistas, varios de ellos españoles, ocuparán durante una semana un amplio espacio expositivo, el Gloria Events, ubicado muy cerca del Checkpoint Charlie, el más célebre de los antiguos puntos de control entre el sector oriental y el estadounidense. Hoy, afortunadamente, anulado e inofensivo hasta servir como escenario de postales y motor de la memoria, siempre tan necesaria.
10. LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN Kohl, Bush padre y Gorbachov estaban allí cuando el muro de Berlín se derrumbó solo y por sorpresa. Y su mérito fue el de no intentar, al contrario de lo que hizo Bush hijo, frenar o cambiar el curso de la historia. Y por eso es bueno recuperar las lecciones de aquellos días soberbios y bellísimos, para darnos cuenta de que los principales enemigos de la paz y el progreso son los que le tienen miedo al campo abierto, los que se sienten a gusto en las peleas que ganan antes de provocarlas, y los que no distinguen claramente entre la riqueza justa y los botines de guerra. Y eso quiere decir que, mientras Berlín marca el nacimiento de un mundo nuevo y lleno de esperanza, las Torres Gemelas solo fueron un estertor -no sé si el último- de un tiempo que no debemos añorar.